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chapter nine ━ madre de monstruos y la caída libre
LA LUZ DE LA LUNA SE colaba por la ventana de la cabina, Annabeth se removía en su cama y observó como la luz de la luna se reflejaba en el cabello rubio de Júpiter, en como se deslizaba hasta la punta de su nariz y sus ojos brillaban de los concentrada que estaba. Annabeth frunció su ceño, aún observandola, no podía creer que iba a hacer esto. La cabina era lo suficientemente pequeña para verla bien y analizarla de cerca, estaba sentada abrazando una de sus piernas y a su lado estaba Percy dormido apenas, pues al igual que ella, apenas había pegado un ojo en toda la noche.
—¿Qué sucede? —la voz adormilada de Júpiter salió, se había mantenido despierta, pero la hija de Atenea podía ver que estaba muerta de sueño.
—Nada —le respondió Annabeth, supuso que Júpiter iba a insistirle y ahí, en una discusión se le saldrían las palabras, pero eso no pasó, pues la rubia solo suspiro y apoyo su cabeza en la pared de atrás, demasiado adormilada para responder. Annabeth suspiró —. Oye, Júpiter.
—¿Eh? —los ojos azules de Júpiter la observaron en la oscuridad, pero parecían incluso rojos, tanto que perturba y llama al mismo tiempo, ¿podía ser real?. Annabeth nerviosa se removió y relamió sus labios.
—L-lamento lo de la discusión innecesaria —se disculpó muy rápido. Júpiter pareció analizar sus palabras y frunció el ceño, para ver a la chica con sorpresa. Annabeth negó rápidamente —. No esperes que te diga más, ruegue o lo repita, princesita.
—No lo espero, para nada —le respondió la rubia levantando sus manos, Annabeth asintió.
—Genial.
—Genial.
Se quedaron calladas un momento.
—Annabeth —la llamo Júpiter, la mencionada solo la observó. Su compañera le sonrió levemente, iluminada por la luna —, lo siento. Y gracias...
—Si, no somos amigas —le aclaró la de trenzas, Júpiter negó de inmediato.
—Para nada —dijo una una mueca.
—Genial.
—Genial.
Volvieron a callar. Annabeth analizaba todo, ¿en serio acababa de disculparse con Júpiter Weber?, ¿con la chica que llevaba mal desde que llegó?, ¿la chica a la que acoso?, ¿la debilucha? sip, esa era Júpiter. Mientras que la menor solo miraba hacia el piso como pensando en toda su disculpa, al principio de verdad consideró que podía ser una forma de burlarse de ella, pero sintió en serio el arrepentimiento de la chica, incluso en su voz que llegó a titubear. Ambas se vieron una vez más, solo para analizar lo que acababa de pasar y no cabía duda, los lazos tan separados estaban empezando a juntarse. Annabeth hizo una mueca queriendo olvidarse de su disculpa, Júpiter apretó sus labios viendo al piso sin tener nada más que decir.
