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chapter five ━ el olor del miedo y percy jackson
—Y ELLA ES MAMÁ.
Júpiter le enseñaba a Lacy fotos de sus familiares, e incluso de ella cuando era más chica. Sus ojos llegaban a iluminarse, tenía una sonrisa espléndida, todos los veranos extrañaba a su madre, los mimos y la comida, la extrañaba a ella y su cariño maternal. Lacy observaba las fotos con atención y sus ojitos se iluminaban, escuchaba atentamente lo que contaba su familiar, para nadie era secreto que Lacy admiraba como nunca a la pequeña Júpiter, era como su heroína. La rubia paso de foto y sonrió al ver esta, eran varios de sus familiares junto a un bebé con un chupete.
—Esa soy yo —apuntó al bebé en los brazos de aquella hermosa mujer en la camilla que la sostenía, Lacy abrió levemente su boca sorprendida y sonriendo observó a Júpiter, luego al bebé, así varias veces.
—No te pareces...
—No, era un bebé —rió un poco Júpiter. Lacy se sonrojo y bajo la mirada con una tímida sonrisa.
—¿Podrías cantarme algo? —le preguntó tímidamente la menor, Júpiter subió sus cejas y sonrió.
—Por supuesto, ¿qué quieres que te cante? —le preguntó comenzando a guardar las fotos, Lacy comenzó a acurrucarse dentro de su cama.
—Esa canción bonita de la otra vez...
—Oh, bueno. Cantare esa, recuestate y cierra tus ojos —dijo posando su mano en la cara de la niña, para cerrar sus ojos con sus manos.
Lacy río un poco sacándole una sonrisa dulce a la niña, y suspiro, Lacy se acomodo para escuchar mientras intentaba dormir. Júpiter cantaba como los angeles, y eso a Lacy la ayudaba muchísimo con sus sueños y pesadillas extraños.
—If I could fly I'd be comin' right back home to you I think I might Give up everything, just ask me to...
Era una canción que relaja muchísimo a ambas, Lacy sonrió antes de dormir escuchando la voz de Júpiter, la niña termino de cantar y suspiró aliviada al verla dormirse, como todos los demás. Se puso de pie para colocarse una pijama cuando sintió gritos, rápidamente alerta volteó hacia la puerta, frunció el ceño, otro gritó más y el olor del miedo inundó el lugar. Tomo su varita y la convirtió en un arco rápidamente, para salir a paso apresurado hacía afuera, la oscuridad vino encima y en silencio se apresuró hacia el árbol de Thalia, tocó este suavemente y abajo, justo en dónde la luz del fuego irradiaba había dos niños luchando contra un minotauro gigante y peludo.
—Por los Dioses... —Júpiter rápidamente pegó un saltó y termino bajando, de inmediato la lluvia comenzó a empapar todo su cabello rubio.
—¡Júpiter! —atendió el llamado, lanzó una flecha justo en el ojo de aquel minotauro provocando un quejido del mismo. Se agachó hacía el chico que estaba el piso y vio quien era.
