¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
chapter twelve ━ la oscuridad, cerbero y hades: arrepiéntete, el rayo maestro
LA OSCURIDAD NO ERA ALGO que atormentará a Júpiter, no hasta que se acostumbro a ella. Cuando era pequeña le tenía miedo a dormir sin luz, a estar en la oscuridad, todo eso explotó cuando llegaron las pesadillas, sobre todo con el campamento, era horrible tener que soñar que te torturaban y en sus sueños, ella no podía correr tan rápido como en su vida. Todo eso cambio cuando creció, se acostumbro a su destino, solo costumbre, no es que lo quisiera, tal vez solo estaba destinada a morir en manos de un monstruo como la mitad de los chicos del campamento, igual que todos, pero Luke hizo algo que nadie pudo, darle esperanza, ese sentimiento que la hacía sentir libre y segura, con el que su corazón bombardeaba y sus labios sonreían, de darle una emoción que no muchos poseían a una niña de siete años.
Su viaje había sido arduo, una tienda de camas y muebles, dónde obviamente había un engaño. “El palacio de las camas de agua de Crusty”. Júpiter jaló la puerta, con pequeñas pegatinas de algunas noticias, paso ella primero y Percy detrás. El lugar era amplio, aunque se notaba más chico debido a las filas de camas a cada lado, y algunos muebles al fondo. En verdad, hubiera querido acostarse en una a dormir, pero no podían, quedaría atrapada para empezar y debían llegar al Inframundo ya.
—Entrada al Inframundo —susurró Júpiter incrédula, escuchando la música ambiental y el ruido de las polillas muriendo al acercarse a la luz de las lámparas.
—Solo... no te apartes —le dijo Percy una vez llegó a su lado y lentamente comenzaron a caminar por el lugar.
—¡Bienvenido, cansado viajero! Pasa y relájate un momento —sonó una voz adulta, ambos niños vieron hacía al frente para ver un viejo hombre acercarse, de traje —, estás camas te van a cambiar la... vida.
Su traje era verde, su camisa naranja y su cabello – bueno, que apenas tenía– con leves canas, sus pómulos se marcaban, y tenía arrugas. Vio curioso a ambos niños, pero fijaba más su atención en Percy, por alguna razón.
—Wow, ¿qué tal?. ¿Extrañas a tu mami, niño? —le preguntó a Jackson, Júpiter frunció el ceño sin saber si era con burla.
—Se quién eres, eres Procusto —le respondió Percy analizandolo de la misma forma —, hijo de Poseidón y homicida de viajeros.
—Crusty, por favor —pidió asintiendo lentamente. Comenzó a acercarse lentamente paso por paso —. Y tú, tienes los ojos de papá.
Miró a ambos, Júpiter hizo una mueca alejándose solo un poco por si acaso y jalo levemente de la manga de la camisa de Percy, este se alejó igual que ella. Crusty sonrió un poco, burlón.
