55. Autolesión

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______ Morgan Muller

La algarabía de una de las habitación empieza a incomodarme, los gritos son tan fuertes como para que las exclamaciones logren infiltrarse entre las paredes tapizadas.

El balcón de la habitación tiene una enorme vista a la ciudad, ya es de noche camino a la cama doble, donde está el conjunto hindú de falda larga que me coloco. Acomodo los bordes de la blusa que queda sobre mi abdomen. me coloco dos zapatos, las pulseras que Rachel me compró y me dan ganas de maquillarme como me enseñó mamá, con el brillo me pinto los labios, me enchino las pestañas, pinto con un tono rosado mis párpados y no quedó tan fatal como solía hacerlo.

Me dejo el pelo suelto y me coloco un velo en la cabeza que envuelve mi cuello, me miro y le sonrío a Loki ― ¿Te gusta como me veo?

Se acomoda para dormir y ruedo los ojos, el pecho me da un salto con los gritos que se oyen. Iba a peinarme, pero desisto cuando capto los sollozos. «Están golpeando a la mujer que trajo ese patán».

Miro a Loki y no quiero meterme en problemas pero no me haré sorda a lo que veo y escucho, llamo a la habitación de Christopher, me contesta Rachel.

― Hola ― me habla algo afligida.

― Hola Rach, ¿Puedes venir a ayudarme? Ayer me compré un delineador dorado y no sé como usarlo.

― Claro.

La espero en la puerta y Rachel llega, le muestro el delineador y me ayuda mientras le saco charla sobre la mujer de al lado.

― Haz algo —le pido a la teniente —. Esa mujer va a terminar muerta ante nuestras propias narices.

― Esta discutiendo de eso con Christopher y no quiere hacer nada ― me dice.

Me frustra, no quiero matar estando aquí, odio que el olor a sangre me siga persiguiendo, pero el inútil de Morgan no va hacer nada.

― ¿Intentaste manipularlo? ― pregunto.

― Le dije que parecía una carga que su esposa y me sacó un chiste horrible.

― ¿Si usas a los bebés? De algo tienen que servir.

― No pondré a tus hermanos en peligro.

― ¿Si le dices que Antoni ya habría matado a ese tipo?

― Tú quieres que me pida el divorcio ― dice y río pensando en algo que pueda funcionar para que Christopher haga el trabajo sucio ― Me dijo que te pregunte que quiere cenar ― termina con el delineado.

― Es un maldito témpano de hielo, ― me quejo al escuchar el sollozo de esa mujer ―el cual no me deja más alternativa que seguir. 

Le comento lo que quiero que haga y le digo que Loki la protegerá en todo momento, que no hay peligro, la convenzo y acepta. Guardo el arma en mi pierna izquierda. Salimos al pasillo nos encontramos con Christopher y juntos bajamos al restaurante hindú decorado con manteles coloridos y faroles naranjas. 

Las mesas tienen asientos que te permiten estar al lado de tu acompañante. El coronel apoya el brazo sobre los hombros de Rachel cuando nos sentamos. Loki se tuvo que quedar y yo me siento con ellos.

Pido la comida. La pareja conflictiva entran al establecimiento miro a Rachel; la mujer va con la cara tapada con un velo. El camarero los guía a la mesa, donde ella lo toma de la mano y empieza a hablarle.

― Es un asesino, dueño de varias mineras de carbón —habla el coronel—. Se dice que está en el negocio de la trata de blancas.

― Tiene el aspecto de alguien con mucho dinero —comenta Rachel

Desconocidos (T/N en Pecados Placenteros)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora