Donde Cobramos Vida || Drarry / Harco ||

Capitulo 23

El color desapareció de su rostro. Le tomó un tiempo recuperarse del shock inicial y el temor se apoderó de él. Habría estado bajo la capa durante horas, procesando toda la situación. Lamentablemente, no obtuvo ese privilegio. Zabini entró en la habitación y parecía agotado. Apuntó su varita a Draco y miró a Dumbledore.

Harry soltó su capa y ésta cayó al suelo como plata fundida. Zabini sacudió la cabeza sorprendido y frunció el ceño. "Aléjate, Zabini."

"No", dijo, con una voz casi confiada que envió escalofríos por la espalda de Harry. "Huye mientras puedas, Potter o yo no dudaremos en matar a Malfoy."

Sus labios se curvaron en una mueca de desprecio, mientras ella miraba a Zabini. Decir que estaba sorprendido habría sido quedarse corto. Miró al director y pudo ver las líneas de preocupación en su frente.

"Mátalo, Malfoy." Dijo Zabini, su voz insegura. "O podría simplemente usar otra maldición imperdonable contra ti, si no me obligas".

"Otro unf... Lo has puesto bajo la maldición imperius, ¿no?" Harry jadeó, cuando se dio cuenta, y simplemente hizo clic. "Ese día, en Hogsmeade, lo pusiste bajo la maldición, porque era un blanco fácil. Draco, sin saberlo, usó la maldición imperius sobre Katie para entregarle el collar.

Su voz se arrastró. Miró fijamente a Draco, pero el rubio no mostró mucha emoción. Buscó otro fragmento de recuerdo. No. Había sorprendido a Draco en Hogsmeade, pero Harry había estado demasiado distraído para preguntar. Nott sabía que estaba bajo la maldición imperius y sabía que no era la última vez. Esa era exactamente la razón por la que le había pedido que se alejara del castillo con Draco. "Era el plan desde el principio: matar al director. ¿Es esa la tarea que se propuso Voldemort?"

"Tengo un trabajo que hacer, Potter. Mantente fuera de mi camino."

"Lo hace, Sr. Potter. Puede hacerse a un lado ahora y dejar que lo termine."

Las cejas de Blaise se alzaron, y en ese momento, Harry pudo sentir que estaba increíblemente aterrorizado. Aterrado de que Dumbledore estuviera dando la bienvenida a su propia muerte sin dudarlo. O tal vez él lo sabía. Sabía que Zabini no lo mataría. Y si sus defensas se estaban agotando, entonces Draco también podría salir de la maldición.

Pero el castillo estaba invadido por mortífagos, y si no era lo suficientemente inteligente, morirían. Todos ellos. La inconfundible voz de Draco Malfoy atravesó la noche. "Hazte a un lado, Harry."

Era casi exigente, pero había un destello de vacilación en sus ojos. Estaba funcionando. Las defensas de Blaise se estaban desgastando. Sin embargo, no podía esperar. Tentativamente, levantó su varita y apuntó a Zabini. "No me hagas maldecirte, Zabini, y aléjate de él".

Escuchó un fuerte golpe y Blaise se estremeció. Se dio cuenta de que Zabini no quería matar a Dumbledore. Que lo obligaron a hacer esto y que nunca le dieron otra opción. "No quieres hacer esto, ¿verdad? No quieres mancharte las manos con sangre y quieres que Draco termine con ello".

"Eso es absurdo." Dijo, y se rió con una voz aguda y desquiciada. "Puedo hacerlo yo mismo, pero puedes matarme sin dudarlo. ¿Estás dispuesto a matarlo para salvar a tu precioso director, Potter?"

"Mi querido muchacho", dijo Dumbledore con una voz inquietantemente tranquila. "Hace un tiempo que sé que te han encomendado la tarea de matarme.

"¿Lo sabías?"

"Por supuesto que lo sabía". Dijo Dumbledore, en voz baja. Harry no entendió al director, pero no tuvo mucho tiempo para procesar la situación. "No es una mala persona, señor Zabini. Por favor, déjeme ayudarle".

"No quiero tu ayuda." Dijo Zabini, bajando su varita y levantando su manga para mostrar su marca oscura, completamente negra contra su piel. Miró a Dumbledore a los ojos y dijo: "Fui elegido".