Donde Cobramos Vida || Drarry / Harco ||

Capitulo 14

Estaba teniendo un ataque de pánico.

Se despertó abruptamente, empapado en sudor frío. Todo era borroso pero muy realista para él. Eran destellos de la Sala de los Menesteres, y la oscuridad arremolinada se acercaba a él.

Sentía como si se ahogara, respiraba pesada y rápidamente, pero nada llegaba a sus pulmones. Las lágrimas corrían por su rostro mientras gritaba tratando de encontrar alguna manera de salir de la prisión en la que se encontraba.

La visión de Harry se estaba volviendo borrosa y todo su cuerpo temblaba; Se revolvió en su cama mientras intentaba salir e ir a su cómoda. Tenía frascos y frascos de bebida calmante en el cajón de su izquierda, pero se estaba acabando. Estaba tan agradecido de haber puesto un hechizo silenciador en su parte de la habitación, que sería solo una carga para todos los que despertaría a diario.

Mientras el moreno tropezó alrededor de su cama y cayó de rodillas una vez que llegó a sus cajones. Sacó cada uno de ellos del marco principal en busca de viales.

"No, no, no. Ahora no, no puede estar pasando" murmuró suavemente en voz baja.

Había terminado su último frasco de bebida calmante hacía un par de días y no tenía nada que lo detuviera del huracán de pensamientos que inundaban su mente. Sintió que su pecho se hacía más pesado, sintió que su respiración se aceleraba y se convertía en sibilancias. Necesitaba conseguir más, lo necesitaba. Sentía que moriría si no podía conseguir algo que lo calmara.

Se levantó del suelo y lo más rápido que pudo, tropezando pero salvándose del armazón de su cama.

Sin pensarlo mucho, corrió por los pasillos, le daba vueltas la cabeza, sudaba y se sentía mareado. Estaba sufriendo y no podía encontrar otra manera de salir de él. Sus manos temblaban violentamente y su respiración aún no había sido controlada. Su túnica estaba manchada de lágrimas y también sus mejillas.

Harry estaba justo en la despensa de ingredientes de pociones cuando se desplomó. Miró hacia la habitación que estaba semiabierta por su intento de entrar, pero no podía moverse. Sabía que necesitaba luchar, pero también sabía que sólo un frasco haría que todo desapareciera. El dolor atravesaba su cuerpo mientras temblaba incontrolablemente.

Podía oír pasos suaves a lo lejos, pero las paredes se acercaban a él y se estaba alejando. Se debilitó y el dolor corrió por sus venas. El mareo sólo aumentó cuando cerró los ojos, llorando suavemente.

Lentamente, unos brazos fuertes se envolvieron alrededor de su pecho y lo empujaron hacia atrás. Luchó contra el encierro.

"Harry," una voz familiar susurró contra su oído, de una manera reconfortante. "Está bien. Estoy aquí." Apoyó la cabeza contra el delgado hombro. Sus ojos se dirigieron a Draco, quien parecía haber perdido el color de sus mejillas. Sólo necesitaba la poción. Su mente seguía yendo al lugar de "Sólo un vial más". Sólo necesitas un poco más.

Debería haber sabido mejor cómo ceder a la mentira que se había dicho muchas veces antes, pero la retirada se hacía cada vez más fuerte. Había estallado en un profuso sudor frío. Estaba temblando y el dolor era tan insoportable que tuvo que morderse la lengua detrás de los labios agrietados y descoloridos para evitar gritar de agonía.

Su desesperación no hacía más que crecer y no quería sentir el dolor.

"T-Tú t-tienes que-

"¿Ayudarte?" Draco respondió secamente. "Necesitas el trago calmante, ¿no?"

Harry asintió lentamente, pero no soltó al rubio. Estaba agarrando su túnica para conectarse a tierra. Draco acarició su cabello, canturreando suaves promesas y reconfortantes elogios en su oído. Sin embargo, todavía sentía dolor. "Lamento no haberme dado cuenta antes".