06 | 𝐂𝐀𝐑𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐃𝐄𝐒𝐏𝐄𝐃𝐈𝐃𝐀

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Con lágrimas en los ojos, terminó de escribir aquella carta, tomó una pequeña caja y le hizo varios hoyos con un lápiz. Sollozaba recordando todo lo que pasó en el día, prometer dejar el pasado, enterarse de la supuesta posible boda, perder a la persona que amaba sin siquiera haber intentado amarla, la discusión con Ben.

El día en sí había sido por completo una mierda, pero, si era honesta, no se arrepentía de la discusión que había tenido con el joven rey, ella misma sabía que algún momento se cansaría de toda esa farsa.

Sus lágrimas resbalaban por sus mejillas, todas sus emociones se juntaron haciendo que rompiera en llanto. Puso a su madre, que aún era un pequeño reptil, en la cajita y se preparó para irse, tomó su mochila y ahí puso con delicadeza la caja.

Puso el anillo que Ben le había dado en la coronación sobre la carta, y entre lagrimas salio de la habitación, pidiendo mentalmente disculpas a los chicos por irse sin decirles nada, en especial a Evie. Le dolía, pero era mejor que quedarse ahí y seguir sufriendo y fingiendo cosas.

Subió a la moto que Ben le había regalado, la cual sería la primera cosa de la cual se iba a deshacer, condujo hasta donde el agua iniciaba, sacó su libro y conjuro el encantamiento.

—Noble corcel fuerte y capaz, a través del agua me llevarás. —Guardó el libro y se colocó el antifaz del casco. —Debes funcionar.

Tomando valor, aceleró y cruzó al agua, su moto daba pequeños saltos logrando llegar a la barrera y atravesarla con facilidad, adentrándose en la isla.

Al fin estaba en su hogar.

(...)

Luego de la conversación que tuvo con su mejor amigo su mente se hizo miles de preguntas, se cuestionó si pudiera ser cierto, ¿Mal podría sentir algo por ella? Negó levemente, eso no sería posible, su amiga estaba feliz con Ben.

En el fondo sabía que eso no era cierto, había visto la infelicidad de Mal. Sin embargo, su mente jugaba en su contra, convenciéndola de que no era infelicidad si no estrés, y que sus supuestos celos eran los que le hacía ver cosas que no eran.

Se obligó a apartar aquellos confusos pensamientos de su mente, fue y compro material para seguir perfeccionando los vestidos para el baile, mismo baile en donde Mal y Ben se comprometerian.

Su molestia comenzó a hacerse presente y con un suspiro regresó a su dormitorio. Tal vez aquellos sentimientos no eran tan falsos como quería creer.

Yendo a su dormitorio alcanzó a ver a Ben llegar con aparente molestia y frustración. Tuvo un mal presentimiento, ¿Mal y él habían discutido? Por el semblante del rey la respuesta era un sí.

Sin poder evitarlo, mentalmente culpo a Ben, seguramente él habría sido el responsable de la pelea. No merecía a su amiga en absoluto, aún si era el rey, él no la merecía.

Ella podría hacerla feliz de una manera que Ben no podría, ella sería mucho mejor novia de lo que Bestia era.

Se congeló ante aquellos últimos pensamientos, ¿ella mejor novia?

Se sonrojó sin poder evitarlo ante imaginarse lo que sería un beso por parte de la ahora rubia, involuntariamente se tocó sus labios..

Ella misma se sorprendió ante esa repentina acción, agitó la cabeza varias veces, debía despejar su mente. Tomó los materiales que había comprado y comenzó a diseñar, eso la mantendría ocupada y borraría pensamientos no deseados.

De igual forma, al pasar de las horas aquel presentimiento de hace un rato reapareció y con él los múltiples pensamientos acerca de sus sentimientos por Mal, junto con las maldiciones internas hacia Ben.

𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎́𝐍 𝐀𝐍𝐃 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora