Luego de haberse despedido de Dizzy, salió del lugar y subió a su moto, colocándose el casco y arrancando hacia la guarida en dónde solía reunirse con sus amigos cuando aún vivían en la Isla.
Estaciono, dejando el casco sobre el asiento. Apenas se fuera, la moto iba a desaparecer, lo sabía, y el chico que la miraba detrás de aquellas cortinas rotas se lo confirmaba.
Abandonando el vehículo, tomo una roca y la lanzo al letrero de advertencia color amarillo, la reja que cubria la entrada a la guarida se levanto, dando paso libre.
Sonrió entrando en el lugar, todo seguía igual; las habitaciones y espacios sin puertas, las pinturas en los techos y paredes, los muebles, unos rotos y otros cubiertos de algo de tierra o con manchas de algo, quizás bebidas o comida. El cuarto que le pertenecía estaba ordenado, a su manera, por supuesto.
Dejó la mochila sobre el pequeño sofá color morado oscuro, sacó la pequeña caja y levantó la tapa, sonrió un poco al ver a Maléfica ahí, intacta.
Le coloco la tapa otra vez y la dejó sobre el sillón individual. Suspiro un poco y se quitó la chaqueta que llevaba, dejándola al lado de la caja.
Se recostó sobre la cama cerrando los ojos, realmente se sentía bien regresar. Su respiración se relajó y no tardó en quedarse dormida. Cómo solía suceder desde hace meses, los sueños, provocados por sus sentimientos, no le dieron tregua.
No eran pesadillas como las que tenía en los primeros meses en Auradon, dónde su madre exigía la varita.
Eran sueños en los que admitía amar a Evie y los resultados no solían ser bonitos. En varios, Ben terminaba odiandola y regresandola a la isla junto con los chicos, prohibiendo que los hijos de villanos regresarán a Auradon.
En otros, era Evie quien se distanciaba, perdiendo a su mejor amiga y separando a los Vk's. Carlos tomaba partido con Evie y Jay con ella, alejándose unos de otros.
Eran raros los sueños dónde ella e Evie eran felices, pero venía con problemas incluidos, dónde Auradon los aborrecía por ser una pareja homosexual. Siempre había dos opciones para ese sueño: Evie terminaba alejándose de ella o era ella misma quien se alejaba.
Pero está vez no, este sueño comenzó diferente. Mal caminaba por el jardín de la preparatoria de Auradon, los estudiantes que estaban cerca ignoraban por completo su presencia.
Se detuvo en seco al ver a las dos personas frente a ella. Evie tenía sus brazos alrededor del cuello de Doug mientras esté la abrazaba de la cintura. La peli azul se separó un poco, acariciando la mejilla del chico.
—Te amo. —ella confesó, con esa voz tan suave y dulce que Mal tanto amaba escuchar.
Y con esa misma sonrisa, esa sonrisa que siempre le había derretido el corazón, terminó por romperlo en pedazos cuando la vio besarlo.
Las lágrimas caían lentamente, no sollozaba ni hacía algún tipo de sonido, simplemente lloraba en silencio cómo solía hacerlo desde niña. Ella intentó retroceder pero le fue imposible, no podía moverse.
Dos pares de aplausos se escucharon, Jay y Carlos se acercaban a la pareja con una sonrisa. El chico de pelo blanco abrazó a su amiga cuando ésta se separó de Doug. Jay los miraba con una sonrisa.
—¿Chicos? —Su voz salía en hilo, el dolor en su garganta dificultaba su habla.
Ese sueño no era como los otros. No, era peor. No solo su corazón terminaba de romperse, sino que además era invisible. Era cómico si lo pensaba de forma retorcida. Se había ido de Auradon sin despedirse, dejó una carta diciéndole a Evie que fuese feliz.
ESTÁS LEYENDO
𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎́𝐍 𝐀𝐍𝐃 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍.
Fanfiction𝐀𝐌𝐀𝐑 𝐘 𝐒𝐄𝐑 𝐀𝐌𝐀𝐃𝐎 eran dos cosas diferentes; y un dragón no podía ser amado por una princesa. 𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐇𝐀𝐃𝐀𝐒, dónde el príncipe siempre se queda con la princesa. 𝐃𝐎́𝐍𝐃𝐄 hay dos corazones felices, hay un tercero roto...