Checo es un omega soltero de treinta y tres años con un hijo, pero muy feliz.
-Indicaciones:
• Adaptación
• Chestappen | Max Top x Sergio Bottom
Advertencia ⚠️ En está historia contiene abuso sexual no explicito hacia uno de los protagonistas. Si e...
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Cuando Sergio tenia once años presento su primer celo. Sus padres se habían preocupado porque creían que era muy pronto, pero el doctor con el que lo consultaron les había dicho que todo estaba bien, que cada cuerpo era diferente.
Cuando tenia doce su celo se adelanto en el momento más inoportuno y termino siendo violado por un amigo de su madre muy cercano a la familia.
Dos meses después los análisis de embarazo dieron positivo y Sergio no podía evitar llorar en los brazos de su padre omega mientras que el olor de la furia y la tristeza de su madre alfa los envolvía.
Tenía trece cuando nació su precioso bebé varón, un pequeño alfa llamado Yuki.
A los dieciséis término la secundaria, pues se había atrasado un año, y comenzó la preparatoria.
Para ese entonces Sergio amaba y adoraba con todo su ser a su bebé y el recuerdo de la violación había quedado superado y olvidado.
A los diecinueve decidió estudiar ingeniería industrial en la universidad.
Cuando tenia veintiuno, sus padres se jubilaron, le entregaron las llaves de la casa y le dijeron que era suya. Usaron el dinero de su jubilación y unos cuantos ahorros y se fueron a recorrer el mundo.
A los veintitrés entro de becario a una importante editorial y seis meses después se graduó de la universidad.
Un día antes de cumplir veinticinco el embajador de Inglaterra en Siria se comunico con él por teléfono y le dijo que sus padres habían muerto cinco días antes en un ataque terrorista; "Apenas encontramos su numero en la habitación de hotel de sus padres, lo siento". Para ese momento lo poco que había quedado de sus cuerpos había sido incinerado.
A sus veinticinco Sergio no tenia a nadie más que a su hijo de trece años.
A los veintiocho fue ascendido a editor en jefe en la editorial en donde había sido becario.
Para cuando cumplió treinta y uno, su hijo de diecinueve ya se había encargado de ahuyentar a todos sus pretendientes.
Y con treinta y tres, un trabajo exitoso, un cuerpo bien formado por el gimnasio y un hijo en la universidad con calificaciones ejemplares, llegó Max Verstappen, el mejor amigo de su hijo, un insistente alfa de veintitrés años.
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