Checo es un omega soltero de treinta y tres años con un hijo, pero muy feliz.
-Indicaciones:
• Adaptación
• Chestappen | Max Top x Sergio Bottom
Advertencia ⚠️ En está historia contiene abuso sexual no explicito hacia uno de los protagonistas. Si e...
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Tres semanas después...
—Como puedes observar tiene muy bonitas vistas del río Tamesis— dijo la agente inmobiliaria apuntando hacia el ventanal desde donde se podía observar dicho río, pero en lugar de enfocar la vista en el agua corriendo, observo su reflejo.
Se veía bastante bien.
Sonrió y miro a la agente dándose cuenta de como la omega aspiraba.
—Y dime— comenzó coqueto— ¿Qué hay del enganche y los abonos mensuales?
—Eh, si— la chica carraspeo, el sonrojo subiendo por su cuello—. El, eh, el enganche es de catorce mil novecientas veintiséis libras y los abonos mensuales serian de ciento cuatro libras, esto pagando durante cuarenta y ocho meses, pero siempre puedes pagar más si quieres liquidar antes.
Yuki miro alrededor del amplio departamento antes de asentir.
—¿Dónde firmo?— dijo sonriendo.
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—Está decidido a irse, entonces— dijo Rosemarie acomodándose mejor en la silla frente al escritorio de Sergio, que asintió con pesadez.
—Así es, se disculpo y arreglamos las cosas y todo, pero aún así siento que se formo una brecha entre nosotros y de pronto me dice que ya firmo los papeles para comprar un departamento, quiero decir, Ross, ni siquiera sabía que le podrían dar un préstamo, pero parece que todo es gracias a su jefe, el hombre parece que lo adora— soltó un suspiro cansado—, no es raro, de todos modos Yuki siempre se gana a todo el mundo.
—Intenta verle el lado bueno, ahora Max podrá pasar día y noche en tu casa— Rosemarie subió y bajo sus cejas, intentando hacer que Sergio se olvidara un poco de la situación.
Sergio sólo dejo caer los hombros y enterró la cara entre las manos.
—¡Eso es lo peor! Después de media hora de tristeza ya estaba pensando en Max y en todo el tiempo que podríamos pasar juntos ¡Soy un padre terrible!
—Lo cuidaste muy bien durante casi veintiún años, Sergio, ya era tiempo de que se independizara.
—¡No! Fueron sólo veinte años, yo-. La verdad nunca pensé que se iría— dijo haciendo un puchero.