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Yuki iba con la cabeza gacha, el ceño fruncido y las manos dentro de las bolsas de su gabardina mientras caminaba hacia la casa de su padre, si, caminaba, porque su coche se lo había llevado una grúa, porque al parecer se había estacionado en luga...

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Yuki iba con la cabeza gacha, el ceño fruncido y las manos dentro de las bolsas de su gabardina mientras caminaba hacia la casa de su padre, si, caminaba, porque su coche se lo había llevado una grúa, porque al parecer se había estacionado en lugar prohibido.

De por si había estado cansado cuando finalmente compró lo que su padre le había encargado y ahora había tenido que caminar desde el centro de la ciudad hasta la casa de éste, eso sin mencionar el estrafalario monto que le iban a cobrar como multa cuando fuera a recuperar su auto. O sea, de no haber sido porque su pequeña hermana ya había nacido, su día habría sido una completa mierda, y todo por culpa de Max.

Jodete, Max pensó con rencor.

Y bueno, si, de acuerdo, tal vez no era directamente culpa de Max, pero era su culpa, así que no había mucho que hacer.

Después de otros quince minutos de caminata finalmente veía su casa, así que se dio prisa, deseoso de llegar y matar a Max, o desaparecerlo de sus vidas, lo que pasara primero, aunque... ¡Maldición, papá! pensó frustrado.

Entró a su casa con mala cara, dejando con más fuerza de la necesaria sus llaves y gabardina, entonces entro a la sala, encontrándose con toda la familia de Max, al jodido Max y a su papá sentados en la sala, éste último recostado y arrullando a su hermana.

—Hola— dijo sonriendole a la madre de Max, que era bastante agradable, no como el estúpido de su hijo pensó.

A Max le levantó el dedo medio, ignorando las risas de la madre y hermanas de Max y el regaño de su papá.

Y finalmente a su padre se le acerco con una sonrisa, estirando los brazos para poder cargar a su hermanita.

Sergio se la paso y todos vieron como Yuki la cargaba con todo el cuidado del mundo, una pequeña sonrisa curvando sus labios.

Claro que el momento de ternura se reventó cuando Yuki se la regresó a Sergio diciendo:

—La voy a molestar mucho cuando crezca— y sin que los demás lo notarán le señalo a su padre con la mirada que su encargo estaba entre las sábanas de Victoria. Su papá le sonrió con agradecimiento y Yuki odio más a Max por ser tan estúpido, o sea, su papá era increíble y Max era estúpido.

—Yuki — llamó su atención la madre de Max— ¿y tú planeas tener hijos?

—Como en veinte años— le dijo con una sonrisa que puso a todos a reír.

—Lo dudo, con esa actitud tan nefasta tuya, dudo que alguien te soporte lo suficiente como para que tengas hijos— dijo Max sentándose en el brazo del sillón junto a Sergio y mirándose las uñas.

—Si estás con mi papá es sólo porque te aprovechaste de él, jodido imbécil abusador, de no ser por él estarías solo toda tu vida.

—¡Yuki!— le llamo la atención Sergio, escandalizado— Compórtate que tenemos visitas.

Dicha | Chestappen | AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora