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Max simplemente no se pudo contener cuando observó a Sergio curvar la espalda por el placer, con su boquita abierta, los ojos en blanco y la piel suave de su cuello ofreciéndose a él

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Max simplemente no se pudo contener cuando observó a Sergio curvar la espalda por el placer, con su boquita abierta, los ojos en blanco y la piel suave de su cuello ofreciéndose a él. Su cuerpo sonrojado y ahora esa linda pancita que tenía a su hijo.

Ni aunque hubiera querido puedo haber evitado lanzarse contra esa inmaculada piel y romperla con sus dientes.

Su precioso omega grito, eyaculando entre sus vientres y Max no pudo evitar hacerlo en su interior.

—Eres mío— gruño contra la mordida—, eres sólo mío, Sergio.

Y su Sergio sólo gimoteo, asintiendo, aferrándose a él como si no hubiera un mañana.

—No se supone que esto sea así, se supone que tú- — y antes de que pudiera decir algo más, Max comenzó a vomitar

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—No se supone que esto sea así, se supone que tú- — y antes de que pudiera decir algo más, Max comenzó a vomitar... de nuevo.

Sergio sólo suspiro sentado en la orilla de la bañera, acariciando la espalda de Max.

—Tú me embarazaste, así que no me puedes culpar— dijo ganándose una mala mirada de Max, que lo tuvo encogiéndose de hombros.

Max había comenzado a tener nauseas matutinas desde el momento que se había mudado con él, cinco semanas atrás.

Preocupado por la salud del alfa, Sergio lo había obligado a ir con el medico, claro que ninguno de los dos había esperado el diagnóstico que éste les había dado.

Cáncer en el estomago, había dicho.

Sergio había llorado y ¡Ah, no! Esa es otra historia.

—Son sólo las hormonas del embarazo— había dicho realmente el medico y ellos se habían mirado extrañados.

—Pero el embarazado es él— dijo Max apuntándolo.

—Lo se, señor Verstappen, pero curiosamente sucede que durante el embarazo los omegas segregan muchas hormonas. Normalmente estas no afectan a las personas con las que conviven, pero hay casos particulares, y para nada anormales, en los que el omega segrega más hormonas de lo normal, eso no afecta en absoluto al bebé— le aclaro a Sergio antes de continuar—. El hecho de que el señor Pérez segregue más hormonas de lo normal ocasiona que estas hormonas comiencen a afectarlo a usted también, señor Verstappen, así que es muy probable que las nauseas no terminen sino hasta que comience el segundo trimestre del señor Pérez, o más tarde.

Dicha | Chestappen | AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora