Cartas anónimas

Me desvelo escribiendo una puta carta

...Do you got plans tonight?

I'm a couple hundred miles from Japan, and I

I was thinkin' I could fly to your hotel tonight

'Cause I can't get you off my mind

Can't get you off my mind

Can't get you off my mind (uh)...

Me acomodé mis auriculares, adormecida, ya que casi se me había caído gracias a que por poco no me habia quedado dormida sobre mi escritorio, mientras miraba la hora en mi despertador digital: 4:07am

Suspiré, cansada. Quería irme a dormir de una buena vez, pero sabía que no podría. ¿Por qué? Porque sabía que hasta que no terminara de escribir la carta para "el anónimo", no podría dormir tranquila ¿Y por qué no lo había hecho antes? Por dos razones; Una, porque me había olvidado y no había pensado en eso en toda la semana; y dos, porque siempre procastino las cosas.

Es verdad que no estaba obligada a escribir la carta, pero me sentía culpable dejándolo sin respuesta después de lo que me había escrito. Sonreí un poco al recordar sus palabras, aunque me obligué a concentrarme y releer una vez más lo que había escrito:

Anónimo:

Hola! Cómo estás? :)

Gracias por tu carta, jamás imaginé que alguien pudiera escribirme algo así, (ni tampoco que me espiara jaja) y aunque no me creas, nunca un chico me había declarado su amor por medio de papel y lápiz, la verdad es que me sorprendió bastante recibir tu carta.

Sobre lo que me escribiste, o mejor dicho confesaste...Yo, no sé, es que, no te conozco. No te sientas mal, pero si te conociera un poco más, tal vez, te podría dar una respuesta más concisa.

Me gustaría, tal vez, conocerte.

...

Creo que de las opciones que me diste para jugar a "tu amigo invisible", la verdadera es la segunda, que eres bueno en los deportes, y las otras dos son falsas. ¿Me lo podrías confirmar en tu siguiente carta? Claro, si es que quieres que nos sigamos escribiendo.

¿No podrías pasarme tu número de teléfono?

Mara

No me convencía ni me gustaba lo que había escrito. Ademas de que mi carta era muy corta, casi como si fuera un mensaje de texto por celular, sentía que parecía que le estaba coqueteando pero al mismo tiempo sonaba demasiado cortante, y no quería que él pensara que era eso de mi.

Me agarre la cara con las manos. No sabía para qué lo pensaba tanto, ni siquiera estaba segura si realmente había un chico detrás de todo esto, porque tal vez solo era una broma de mal gusto para burlarse de mí.

Cansada, enojada, y frustrada conmigo misma, apagué la lamparita de Hello Kitty que había mantenido prendida para poder escribir, guarde la carta que había hecho en un sobre blanco que le había sacado a mi papá, me acosté en mi cama, cerré los ojos, y aunque me costó un poco, me dormí.

(...)

A la mañana siguiente me desperté por mi alarma a las nueve, y aunque estuve a punto de apagar la alarma y volver a dormir, recordé que tenía a las once mi clase de danza contemporánea, y como solo había clases de contemporánea una vez a la semana, mis padres no me dejaban faltar.

Me cambié y me puse mis pantuflas, para luego mirarme en mi espejo y notar mi aspecto deplorable. Lo más notorio de todo eran mis ojeras (había dormido alrededor de dos horas cada día de la semana), luego mi pelo que era un completo desastre, y ayer había me había olvidado de quitarme el maquillaje, por lo que mi delineado estaba corrido y el rimel solo hacía que se vieran más profundas mis ojeras. Suspiré, frustrada.