Caminaba por los pasillos de la escuela hasta dónde estaba mi casillero, todavía algo dormida, tomando mis carpetas de Historia.
Ya era Lunes, otra vez. Quedaban apenas unos cuantos lunes más antes de que egresara y terminara el secundario. A la mayoría se les estaba pasando demasiado rápido las semanas, ya que no querían que ya llegara su vida adulta, pero yo, que quería por fin poder ser independiente y que confiaba lo suficiente en mí misma como para tenerle miedo al futuro, últimamente las semanas se me estaban haciendo eternas.
Mientras tomaba mis cosas, sentí que alguien me abrazaba por detrás, rodeando mi cintura y bajando sus manos a mis caderas. Mi corazón dio un vuelco cuando noté que era Matt.
-Hola Mara.- me saludó. Yo me volteé, quedando enfrentados y nuestros labios a punto de rozarse, sintiendo su aliento cálido en mi boca. Él tan solo sonrió, mientras yo retrocedía un poco, avergonzada.
-Hola Matt.-dije, tratando de que no se notará mi nerviosismo, sonrojada.
Hablamos un poco, él me contó lo que había hecho en su fin de semana (en resumen: básquet) y yo...Bueno, no dije mucho ya que él no dejaba de hablar.
-Mejor vayamos ya a clase, o llegaremos tarde.- me dijo, luego de estar varios minutos hablando de cómo había hecho un tiro "perfecto" en básquet, según él.
-Ve tú, todavía tengo que tomar algunas cosas, ya te alcanzo. -dije, mientras veía como Matt caminaba a la clase. Todavía mi corazón latía acelerado, mientras terminaba de acomodar mis cosas en mi casillero antes de ir a clases.
"Tal vez, este va a ser un buen lunes..." Pensé.
No debí haber cantado victoria tan pronto.
-Buenos días, Mara.
Cerré mi casillero de un golpe, sobresaltada, para voltearme y ver a Clara e Irene.
"¿Desde cuándo nos importa...?"
"No es más que una estúpida que no nos deja en paz."
"Su pelo siempre es un asco, y parece una tabla de lo plana que es..."
"...No solo es tonta. ¿No viste lo fea que es...?"
Tonta, tonta, TONTA
Ay no, no no NO.
Todo lo que me habían dicho volvió de golpe a mi cabeza, como si me estuvieran golpeando con un martillo en el cráneo, partiendo y rompiéndome. Quería salir corriendo, pero las piernas no me respondían. Estaba totalmente paralizada, debía parecer una tonta. Sentí una horrible sensación en el pecho que me asfixiaba, mi respiración estaba descontrolada y sentía que podía romper a llorar en cualquier momento.
"Contrólate Mara". Me dije a mi misma, tratando de regular mi respiración.
-Hola chicas.- las saludé, tratando de sonar indiferente. Irene me sonrió con simpatía.
-¿Por qué nos has estado evitando Mara?- me preguntó Clara.- ¿Qué hemos hecho para que nos ignores?- dijo, cruzándose de brazos.
Suspiré, sin mirarlas a los ojos. Tenía ganas de pegarles una bofetada, me enojaba que actuaran como si no pasara nada cuando en realidad hablaban tan mal de mi a mis espaldas, pero al mismo tiempo no me sentía lo suficientemente fuerte como para enfrentarlas.
-Yo...Eh, lo siento, es que...-dije, tratando de buscar una excusa, pero Clara me interrumpió.
-Ya sabemos, Maia te invitó a salir con sus amigos y te olvidaste totalmente de nosotras.- dijo Clara, haciendo una mueca de disgusto.- Te han lavado el cerebro a un punto de hacerte creer que ellos son tus amigos, cuando en realidad son solo un grupo de malas personas.- me dijo Clara, casi escupiendo las palabras en mi cara.- No se como pudiste querer estar con ellos cuando nos tienes a nosotras -exclamó sonriendo, para luego abrazarme. Yo le devolví el abrazo sin muchas ganas, mientras Irene también se unía al "abrazo grupal."
- Me alegro que hayas vuelto Mara.- dijo Irene con sinceridad, sonriendo. Yo sonreí forzadamente, mirando al pasillo, aunque enseguida me arrepentí de haber mirado en esa dirección, viendo como Maia con el resto de sus amigos me miraban abrazar a Clara e Irene, incómodos. Zuri bajó la mirada, Maia empezó a leer el libro que tenía en las manos, Catriel se agachó para atarse los cordones de la zapatillas, y Noa solo me saludó con la mano, para luego irse los cuatro juntos a clases. No tenía idea que había pasado entre ellos y Clara e Irene, pero solo se que se trataban hostilmente, y que me tenían colgando a mi de ambos grupos. Estuviera con un grupo o con el otro, para cualquiera de los dos significaba que le estaba traicionando.
Iba a tener que tomar una decisión, pero todavía no estaba lista para hacerlo.
(...)
-Guau, ¿Todo eso te paso desde el viernes?-me dijo Miley, sorprendida.
Después de la escuela, fui a mi clase de ballet, en la que antes de que empezara, me puse al día con Miley. Le conté desde mi encuentro con el anónimo (y le tuve que contar lo de las cartas anónimas desde el principio porque todavía no se lo había mencionado), hasta lo que había sucedido en clases.
Yo tan solo asentí, mientras acomodaba mi tutú en mi cintura. No me gustaba como se veía, sentía que debía ser más delgada para que se viera bien.
"Debería empezar a comer menos." Pensé, mirándome al espejo.
-Pero...¿En serio te encontraste con el anónimo?¿Cómo era?- me preguntó, haciéndose un rodete con su pelo oscuro.
-Ya te lo dije, no lo sé. No pude ver su rostro.-respondí.
-¿Y sabes quién podría ser?- inquirió, mirándose al espejo junto a mi.-Por cierto, ese tutú te queda muy bien.- me dijo. Yo tan solo forcé una sonrisa.
-No lo sé, no conozco muchos chicos...-dije pensando, pero no había ninguno con el que pudiera relacionar lo que me había dicho el anónimo en sus cartas con él. Mientras ambas pensábamos, enseguida Miley ahogó un grito.
-¡Ya se!- dijo, al parecer con una idea en mente.- Tal vez, podríamos reconocer su letra de sus cartas, ¿No?- dijo Miley.
-Buena idea, creo que tengo una de sus cartas en mi bolso...-dijo, mientras empezaba a rebuscar en mi bolso, encontrando una de las primeras cartas que me había enviado al fondo de este, ahora volviendo a leerla y prestando atención a su caligrafía, pero no conocía a nadie que tuviera ese tipo de letra.
-¡Dámela, quiero ver!-dijo Miley, quitándome la carta de las manos.
-¡Ey!- protesté, pero ella no me escuchó. Empezó a leer la carta, pero a medida que lo hacía, la sonrisa de su rostro empezó a borrarse, cambiando su expresión a una de asombro, intercambiando miradas entre la carta y yo.
-¿Qué?- pregunté.
-Mara...Creo que se quien es el anónimo.
![](https://img.wattpad.com/cover/349303342-288-k571368.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Cartas anónimas
Fiksi RemajaImagínate estar desayunando tranquilamente una mañana cualquiera, de un domingo cualquiera con tu familia, cuando alguien toca el timbre de tu casa. Te paras para ir a abrir la puerta, y te encuentras con un chico de aparentemente tu edad, que te da...