C. Tú Mundo, No El Mío.

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— Oh, por supuesto, estaré aquí esperando.

Es descortés dejar al príncipe esperando, además de dejarlo fuera, pero realmente no es problema para Charles, que se quede ahí todo el día si es que quiere.

Aunque en verdad quiere salir con él, el problema es que estará por primera vez en el reino. ¿Qué se supone que deba ponerse?

— ¡Te ves hermoso!.— Charlotte está peinando su cabello y poniendo un poco de maquillaje en el rostro. Necesita verse decente para mimetizar con los nobles.

Al terminar, salió con cierto nerviosismo esfumándose de inmediato al ver al príncipe recargado en una roca durmiendo como nunca, podía escuchar sus ronquidos. Eso provocó en él una risa un poco alta, Carlos limpió inconscientemente la saliva escurrida en la comisura de sus labios y limpió su ropa.

— Estaba esperándote y vi la roca muy cómoda, al parecer.— Carraspeó tosiendo un poco.

En cuanto el príncipe miró a su cita, quedó sorprendido dejando escapar un suave wow.

— No llevas puesto el...— Señala el blanquecino cuello descubierto sin algún tipo de joyería para relucir.

— Disculpa, podemos irnos.— Dijo Charles, ignorando la insinuación.

De forma veloz, el príncipe se apresuró en tomar su mano para encaminarlo a su hermoso corcel negro e imponente.

Quiso ayudarle pero Charles subió con habilidad y rapidez sin dejarle oportunidad, solo se encogió de hombros y suspiró rendido para después subir de igual forma y ponerse en marcha al teatro.

Se sorprende con el sumo respeto con el que se dirigen al príncipe, la forma en la que todos lo saludan y el los ignora, tan egocéntrico.

Los nobles quedan murmurando sobre la nueva compañía del próximo Rey, algunas princesas envidiosas, otras sorprendidas, es el rumor del momento.

— No tiene pinta de noble.— Escucha uno de los tantos susurros en la entrada del teatro.

— Apuesto que ni siquiera es de éste reino.— Todo el grupo de chicas rieron y no pudo evitar bajar la cabeza.

— No las escuches, disfruta conmigo. ¿Si?.— Susurra muy cerca de su oído y pasa una de sus manos por detrás de la espalda baja del menor.

Pensó que sus asientos serían en un lugar de la parte baja, pero jamás imaginó estar en un palco justo en frente del escenario. Es una vista magnífica, la orquesta se escuchará en tal punto para apreciarla mejor.

Las miradas discretas no se hicieron esperar durante la presentación, el príncipe lo mira de vez en cuando, en ocasiones fija su vista sobre su mano tentado a tomarla. Es increíble poder apreciar a Charles tan cerca, confirmó su enamoramiento.

Los aplausos resonaron en eco al finalizar el concierto, el monegasco está eufórico de alegría, nunca antes había podido presenciar una presentación así, anhelaba hacerlo pronto y el príncipe lo cumplió sin saber que era uno de sus sueños.

— Le agradezco tanto. ¡Gracias, gracias!.— Se permitió abrazar sin cuidado a Carlos, sorprendiendo al mismo, no había recibido un afecto de éste tipo en mucho tiempo, pero sentir de nuevo el calor del pequeño cuerpo de su amado es relajante.

Haría cualquier cosa por verte así de nuevo. Pensó Carlos.

Siguió el abrazo recargando su mentón en la coronilla del menor inhalando suavemente el agradable aroma de ése castaño cabello, suspirando y pidiendo que sea eterno ése momento.

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