El príncipe no conoce el amor porque solo conoce el deber y el servicio. Ha sido criado por el rey y la reina para ser el futuro líder. Sin embargo, cuando conoce a un chico alegre y apasionado, siente el poder del verdadero amor.
Carlos se enamora...
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Carlos.
Me tiene soñando aquel chico de la fiesta, es imposible dejar de pensar en esos ojos esmeraldas, sus cortas respiraciones, el calor de su sonrisa, mis manos sobre su delgado cuerpo y el compás con el que se movían nuestras caderas, el olor de su cabello y dulce voz. Me tiene atrapado, parece como si fuera un hechizo, nunca me había pasado antes y quizá estoy enamorándome demasiado pronto, pero estoy encantado hasta de cada letra de su nombre.
Podría imaginarme su apellido y el mío juntos, cortejarlo y lograr que sea mi compañía cuando nos nombren Reyes. Espero, en serio, no asustarlo con mi insistencia, pero estoy seguro que él también sintió esa conexión.
Inesperadamente el filo de madera simulando una espada fue clavada en mi estómago, después un pequeño golpe en mi cabeza me hizo despertar de mi dulce sueño.
— ¿Qué te tiene tan distraído, hermano?.— Canturreó Sergio, mi hermano menor.— O debería decir ¿Quién te tiene tan distraído?.— Dio vueltas rodeándome, con esa mirada burlesca y una sonrisa que quisiera golpear su cara para borrarla.
— Nadie, hermano. Solo estoy pensando en mi deber como futuro Rey.— Dije entre dientes, sin mirarlo pues sé que de hacerlo comenzaremos una pelea que no llega a nada y madre me regañaría, no es secreto que su príncipe consentido es Sergio.
Él solo me miró enfurecido, soltó un quejido como berrinche, tiró la espada y se fue a pisoteadas del lugar.
Quiero a mi hermano, pero parece como si me odiara y no siempre tolero sus comportamientos hacia mí, desde pequeños existe una profunda rivalidad por el trono, pero yo al ser el primogénito tengo el privilegio de ir directo a tomar el lugar de mi padre, solo debo cumplir con dos mandamientos del Rey.
Ser un buen líder y contraer matrimonio.
No parece difícil, pero siendo sincero, soy tímido respecto a involucrarme con alguien. Estuve en una relación con una princesa muy hermosa, después de tantos años de relación decidió dejarme, dijo que no era lo que buscaba y le era complicado vivir con alguien monótono y con falta de interés en la relación. ¿De verdad? Bien, quizá di por sentado que quería estar conmigo por el simple hecho de que seré el futuro Rey. Me sorprendió que de verdad estuviera enamorada de mí.
Parece ser que siempre estuve en espera de un príncipe.
Y ahora que lo encontré, no perderé la oportunidad de conquistarlo.
— Necesito que compres un adorno de flores, integra esta carta.
“ Reciba un cordial presente por parte de Carlos Sainz, príncipe del castillo. Me ha encantado conocerte, dame la oportunidad de verte una vez más.”
Escribió a puño y letra con su fina escritura.
— ¿Es para un príncipe? ¿A qué palacio debo dirigirme?.— Pregunta el mensajero recibiendo el dinero de Carlos.
