Lycoris Radiata

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Atravesando el pecho de Silver, la bestia lo levantó en el aire, lo revoleó para arrojarlo al mar y aullar de manera ensordecedora.

Una vez paró, fue tras Dove y los demás que intentaban detenerlo.

-Mi rey, por fin este mundo

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-Mi rey, por fin este mundo...- enceguecida por la ira, Franny apuñaló a Spade por la espalda antes de acabar su discurso

-¡Desgraciado!- estaba a punto de romper en llanto al ver que hicieron con Silver

-¡Mujer estúpida, no eres capaz de matarme jajaja!- consciente de que era inmortal, Spade se rió en su cara

-¡¡¡Ya me lo quitaron una vez, no habrá segunda!!!- El sable rojo de Franny, comenzó a absorber el humo de sus manos para tornarse blanco

-Mi rey tiene hambrewrghh!- girando el sable en la espalda de Spade, Franny se sacaba la impotencia

De repente, el rostro de Spade fue agrietándose ante una Franny dispuesta a morir si con eso podía vengarse.

*Dung dung!*

La bestia de Darren golpeaba la arena para levantarla junto con los demás para derribarlos. Pero al ser pequeños y veloces ante su tamaño, le era imposible frenarlos de atacarlo.

-No hay vuelta atrás. Mi rey tomará posesión de este mundo, acéptenlo inmundicias!-

-Tu señor puede irse al carajo porque no le vamos a entregar nuestro hogar sin antes pelear!-

Retirando el sable de luz, Spade notó el cambió abrupto en sus movimientos.
El sable blanco más que alimentarse del núcleo del interior, obedecía a la aurora de su maestro que sin contemplar la misericordia, apuntó a su cuello.

Velozmente, el muerto vivo esquivó el corte. De manera vertiginosa, el sable volvió a recorrer la altura de su cuello pero sin resultados por lo que Franny tuvo que apartarse cuando Spade empuñó su espada.

-Mujer inútil-

-¡Tu abuela!- sin desaprovechar la oportunidad, embistió contra el

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-¡Tu abuela!- sin desaprovechar la oportunidad, embistió contra el

Era imperativo no prolongar la pelea puesto que Darren, tenía acorralados a sus camaradas de armas y debía ayudarlos. El choque del sable y la espada resonaba como el chirrido de carne en una sartén caliente y sin demora, Franny se deslizó por el estrecho espacio que se abrió entre ella y el pecho de Spade.

Ellas me quieren muerto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora