Dos meses y medio habían pasado desde que comencé la dieta del infierno con tal de bajar unos kilos y ya me sentía mejor. Incluso mi cabello rubio, creció bastante y mis ojos azules lucían más brillantes, como si me hubiera liberado de una maldición.
Gracias al rey Ferdinand que me condenó al ostracismo en una esquina del palacio trasero, supuestamente para que nadie se contagiara de mí, me di la mejor vida.
Tenía privacidad y podía levantarme todos los días a las 4am para ejercitarme. También iba a escondidas a la cocina para comer algo nutritivo y paseaba a gusto.
Así me di cuenta que en este lugar, todo se iba a ir al demonio muy pronto. La poca seguridad y la falta de preparación de sus empleados, era el talón de Aquiles no sólo en el palacio, sino del reino entero de Greenwood.
Recordando como las bestias y el invierno negro arrasaron este país mientras el rey Joshua de Piri aprovechaba para invadirlo asesinando a la familia real, me pareció injusto que teniendo ventaja, no la usara a mi favor. Antes que llegaran las mucamas de la reina y el médico a verificar mi estado, me puse una de las pelucas de la princesa y un uniforme de la guardia para dirigirme a entregar mi sabiduría a los más necesitados.
La torre oeste, fue la primera parada. Era un área dedicada a la cría y entrenamiento de animales de caza y mensajería. Se mantenía al cuidado de un entrenador novicio, el cual estaba pagando su derecho de piso temprano en la madrugada.
Anies Normi, era un joven moreno pariente de los jeques habitantes de las dunas en Anatoli. Sería conocido como un gran ornitólogo y cetrero en el futuro gracias a que Lexus, vió en el un talento nato para las aves y una vía para acercarse a las dunas.
Anies usó su don en la guerra contra las bestias para enviar mensajes más rápido que cualquiera, por eso debía hacer que el rey Ferdinand lo viera antes que nadie.
Al llegar, Anies limpiaba los caniles para dejar listo a los sabuesos y se quedó en alerta cuando lo saludé tan temprano.
-Buen día! Necesito enviar el mensaje de su majestad urgente a la frontera. Tienes algún ave veloz que sirva para tal labor?-
-Si, la tengo- me guió hasta las jaulas
Se colocó la lúa para proteger su brazo y mano para luego, coger a un halcón marrón rojizo de la percha de descanso. Una vez le quitó el capuchón de la cabeza, le acerqué el pergamino sellado con la marca del rey para que lo ajustara en el recipiente en su espalda.
-Importancia y destinatario- me agradaba este chico, era muy directo al tomar varias cintas de colores
-Roja, General Dove.- sus ojos se abrieron ante el nivel más alto que se haya usado hasta la fecha y ajustó la cinta al gancho de la pata
-Hawky ve, campamento norte- al soltar la pichuela, el halcón partió rumbo a las fauces del enemigo
-Al recibir el mensaje, hágalo llegar inmediatamente a su majestad en mano y en caso que la respuesta sea una cinta roja o negra, entréguela con esta carta, caso contrario, quémela. Nadie más debe leerlos-
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Ellas me quieren muerto
FantasiEste es el tercer intento y solo ansío volver a casa. En la primera fui seducido por la heroína para romper mi compromiso con mi prometida la villana, sin saber que ambas se confabularon para traicionarme y termine siendo exiliado. Luego apareció un...