Este es el tercer intento y solo ansío volver a casa. En la primera fui seducido por la heroína para romper mi compromiso con mi prometida la villana, sin saber que ambas se confabularon para traicionarme y termine siendo exiliado. Luego apareció un...
Rong tocó algunas flores, sorprendido por la extrañeza de la forma.
Franny se quedó parada mirándome y al querer abrazarla recibí mi castigo.
*¡Punch!*
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-¡Mi amor...urgghh!- un puñetazo en el estómago me hizo retorcerme en la arena
-¡Desgraciado!¡Creí que estabas muerto!¡Peleé por ti mientras fingías ser un fiambre!- se cabreó para empezar a patearme
-Te lo mereces. Pensamos que realmente ese monstruo te mató y todo el tiempo te hiciste el payaso!- Lex le dió la razón a Fran
-Eres incorregible- hasta Dove y Laurent negaban con la cabeza
Todos me echaban en cara mi estrategia pero aún así, estaba feliz que hubiera terminado este suplicio.
-¡Basta, ya entendí!¡No volveré a hacerlo, ¿me disculpas mi cielo?!- como pude me levanté y abracé a Fran que estaba a punto de llorar
-¡No me dejes viuda antes de tiempo o te juro que iré y te traeré del inframundo a golpes!¡Snif!- llorando en mi pecho, le palmee la espalda para calmar su descontento
-Seh...¿Eh?, esos tipos...- Rong señalaba los matorrales de donde empezaron a salir varios seres azules
-Por la distracción, olvidé que vinimos por esos sujetos. Generales, ¿qué sugieren?- estaba ocupado con mi mujer y ellos se dieron cuenta que mi ayuda era nula
Una joven de cabello blanco y tez lapislázuli, caminó hacia nosotros muy temerosa de los extraños. Como estaba semidesnuda, le arrojamos algunos de nuestros abrigos para que se vistiera y levantando la cabeza, comenzó a hablar dejándonos atónitos.
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-Gracias...Yo...Mi nombre es Kari....es Kara y fui alguna vez sacerdotisa del templo de Unsterberg! Mi pueblo...ustedes derrotaron al demonio llamado Ginebra que nos tenía cautivos, ¿verdad?. Queremos llegar a un trato con el guardián!- me señaló
Todos esa gente parecían pitufos que lentamente fueron llegando con flores, rocas brillantes y frutos raros como tributo para la persona equivocada.
Los soldados al desembarcar, se pusieron en guardia ante la escena. Eran seres que estaban fuera de la norma y su color dejaba mucho a la imaginación por lo que intervenimos para evitar un malentendido entre ambos bandos.
