"muy bien Saturno, solamente mantente recto y no muestres temor, debes ser perfecto y honesto, tú siempre eres seguro Saturno, no existe Planeta que no te admire."
"Solo...debes preguntarle...no es nada especial...el...el debe decir que si, llevamos décadas saliendo, el me ama, siempre me lo dice.
¿Entonces por que estoy tan nervioso?
_____________________________________________
El planeta anillado respiro profundo para luego exhalar, miró aquel anillo que el mismo hizo, le costó bastante tiempo hacerlo pero lo logro y estaba perfecto, brillaba con intensidad, una hermosa piedrita de diamante hacia que se viera incluso más hermoso.
Empezó a caminar hacia donde se encontraba el planeta mas grande del sistema solar, su núcleo latía más fuerte y más rápido por cada paso que daba, sintiéndose cada vez más nervioso e inseguro de lo que iba a hacer, quiso dar la vuelta y volver a su orbita escapando como un cobarde para después llorar como un niño pequeño.
Pero no era un niño pequeño, era un PLANETA GASEOSO. Debía actuar como tal, valiente y con madurez, continuo su camino hacia la órbita de su pareja Júpiter.
— ¡Júpiter! — lo llamo excediéndose en el tono de voz, tampoco quería asustar al más grande.
— ¿mmm...? — Voltea a verlo y tenía sus lentes algo grandes puestos. — Oh, satur, eres tú...¿que pasa? — Sonrió amable con esa sonrisa larga, lo que hizo que el más bajo se estremeciera.
— ...y-yo...Y-yo...qui-quiero preguntarte algo querido... — su tono se escucho tan sumiso que el mayor sonrió divertido por esto.
Saturno tenía en la punta de sus dedos el bello anillo que demoro meses en hacer, admitía que le costó un infierno hacer que Neptuno le diera un simple diamante de los millones que tiene, y del oro no tuvo que preocuparse mucho pues podía hacerlo el, sacarlo de sus bellos anillos que también resultó bastante dificil, pero no se arrepentía.
Lo tenía, era ahora o nunca, vamos Saturno tú puedes solo muéstrale el anillo y listo, pregúntale ¿Quieres casarte conmigo? O algo mejor ¿Quieres que pasemos está eternidad que nos queda juntos? ¿Quieres ser mi esposo?
Esas opciones invadían su mente, debía hablar ya por qué su tierno novio Júpiter ya parecía estar asustado de que no le contestara.
— De hecho... Yo también tengo algo que decirte. — Dijo el gigante gaseoso para empezar a rascar su nuca.
— ...¡DI-DIGAMOSLO JUNTOS ENTONCES! — mordió su labio con fuerza con las palabras ya indicadas.
— Muy bien... Satur... — Con sus manos grandes pero suaves empezó a acariciar las de Saturno, uniéndolas.
— ...Júpiter... — Su mirada se torno en rojo por un solo simple toque de su pareja. Se sentía en el cielo tener piel con piel, vibra con vibra al planeta que tanto ama.
Contaron hasta tres, entusiasmados por escuchar la pregunta del otro, tomaron aire y empezaron a contar desde tres hacia atrás, ya queriendo gritar la pregunta que iban a hacerse ambos, tenían tanta...intriga.
Uno...
Dos...
Tres...
"¡¿QUIERES QUE NOS CASEMOS?!"
"¿Quieres ser mi esposo?"
el planeta mas grande del sistema solar, saco un bello anillo brillante, acción que Saturno repitió, y sus ojos se abrieron como platos al ver el bello anillo que traía el mayor, y los ojos de Júpiter empezaban a iluminarse por tan brillante anillo.
