Capítulo 57

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Louis estaba terminando de abrochar su abrigo delante de su espejo cuando escuchó el timbre de la puerta principal, se detuvo unos momentos y entrecerró los ojos. Volteó a ver el reloj a lado de su cama. Faltaba media hora para el medio día, así que seguramente no se trataba de la persona que estaba esperando.

Volvió a observar su reflejo en el espejo y suspiró, ladeando pronto una sonrisa al ver como su redonda barriga empujaba contra la tela del abrigo que usaba haciéndose notar por completo. Pasó una mano por encima con delicadeza y suspiró, un poco más, un poco más y sería capaz de sostener a su bonita cachorra en brazos.

Moría de ganas por saber cómo lucía ella. El corazón se le apretaba al imaginar que sería tan pequeña, con sus piecitos diminutos y sus manitas suaves. La extrañaría, sin embargo. Estaba tan acostumbrado a tenerle moviéndose suavemente dentro de él, haciéndole compañía cuando le hablaba en esas noches largas y solitarias, que seguramente una vez ella estuviese fuera sería extraño. Pero era algo increíble y hermoso saber que había crecido dentro suyo. Saber que era suya, que él le había hecho crecer. Que él iba a traerle al mundo. Realmente estaba muy emocionado. Pero asustado. Compartía las emociones a partes casi iguales.

Volvió a suspirar con una sonrisa todavía más grande creciendo en sus labios. Estaba tan apegado a ella y ni siquiera le conocía aún.

—¡Louis! —escuchó un pequeño grito. Identificó a su padre, quien le llamó desde la planta baja. —Es para ti, cielo.

Volvió a fruncir el ceño y sin ponerse todavía los zapatos, salió de su habitación, recorrió el pasillo de la planta alta y bajó con mucho cuidado y lentitud las escaleras. Al llegar al último peldaño, asomó la cabeza en dirección a la puerta principal y chistó con suavidad. No se suponía que tendría que haber llegado aún.

Comenzó a caminar en dirección a la puerta y parpadeó al encontrar la suave y cálida mirada verde encima suyo. A diferencia de días antes, ya no se notaba tan cansada y vacía. Incluso había un pequeño brillo, un sentimiento suave en el fondo.

Louis sonrió.

—Harry —dijo por lo bajo—. Dijiste que vendrías a buscarme al medio día, todavía no estoy listo.

El alfa le observó con mucha quietud y ojos grandes, sus labios se separaron pero nada había salido de ellos. Tenía a su omega delante, tan precioso como siempre, con sus cabellos castaños, sus hermosos ojos azules, la suavidad que le caracterizaba en cada movimiento, cada palabra, cada gesto. Y estaba ahí junto a su barriga redondita, mirándose tan lindo, tan tierno. Harry lo amaba. Harry lo amaba tanto que no sabía qué decir. A veces realmente tenía miedo de parpadear y despertar de vuelta en su cama, que todo fuese un sueño, que todo dejase de brillar. Le costaba creer que realmente estaba viviendo aquello.

—Harry... —Louis repitió, inclinándose suavemente en su dirección mientras alzaba una ceja cuestionante con delicadeza. Había demasiado silencio.

Entonces al alfa parpadeó, asintiendo de pronto. Pareció haber salido de una burbuja de pensamientos—. Omega. Hola. Eh, sí. Yo, creo que.. Creo que mi reloj está mal o algo así. No es que yo tuviera impaciencia por venir o eso. —carraspeó—. Es solo que... Puedo esperar aquí, tú, eh, no te preocupes. Termina de alistarte, te esperaré aquí.

Claro que había estado impaciente. Ni siquiera había podido dormir bien la noche anterior pensando en que tendría a su omega todo un fin de semana completo consigo, en su departamento. Que desayunarían juntos, que le vería por ahí paseándose con su bonita pancita, que tendría la oportunidad de acariciarle y besarle la piel, que seguramente olería a él, que iba a tener eso que tanto había necesitado.

A Louis a su lado. A Louis y su pequeña cachorra, aunque ella todavía estuviese en su barriga. Y era tan increíble, saber que la tendría pronto en sus brazos. Ella realmente estaba ahí dentro y le reconocía, porque se había movido impaciente cuando él le habló por primera vez, como si supiese exactamente quién era.

Llámame por mi nombre | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora