2. HOGAR, DULCE HOGAR.

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7 de septembre 2025, Madrid, Ivan Noiret.

Recordaba perfectamente aquel sentimiento que solía tener en el coche para el primer día de clase cuando era un niño. Solía estar ansioso para volver a estar con mis amigos, para contarnos lo que habíamos hecho en verano. Y con muchos nervios, para volver a ver a la que era mi chica, recordaba perfectamente como contaba los días que faltaban de verano para volver a estar con ella. Pero también sentía alivio. Porque por fin podría estar lejos de mi casa. Por muy raro que parezca, aunque quisiese a mi padre, odiaba estar con él, prefería estar a mil kilómetros de él, que tenerlo a mi lado todos los días.

Y aunque hayan pasado más de 15 años desde la última vez que llegué a sentir todo eso, esta vez no era diferente. Iba a volver al lugar donde había crecido, había vivido allí desde que tenía seis años. Aunque ya tenía a mi lado a la chica que amaba cada día, extrañaba a mis amigos, sobre todo a Marcos, era de los únicos que me quedaba desde entonces.

Desde que vi esos mensajes no lo había llamado, prefería no hacerlo, era mejor aparecer allí sin avisar, por seguridad. Todavía me preguntaba si había sido buena idea volver con mi familia. Pero sabía que Julia iba a querer venir conmigo, no se iba a quedar en casa ni loca. Y mi madre, se preocupaba de mi hasta cuando bajó a comprar el pan a la panadería de al lado. Y mis hijos, Caye y Carol, solo tenían 15 años para quedarse solos en la otra punta del mundo, además, los echaria muchísimo de menos, como a Julia y mi madre.

Pero tenía miedo, estaba acojonado, Noiret nos había dicho que como nos volviéramos a juntar los cuatro, no volveríamos a vernos las caras de nuevo.

2010, seis meses después de haber quemado el Internado, Ivan Noiret.

Los cuatro estábamos en el salón de la casa de Marcos. Desde que todo había terminado, quedabamos para pasar el rato, y para ponernos al día, ya que Vicky había vuelto a vivir con sus padres, y Julia, mi madre y yo habíamos alquilado una casa pequeña, que era perfecta para los tres.

El salón tenía un sofá y un sillón, así que como siempre, Marcos y Vicky se sentaban en el sofá, y Julia se sentaba en el sillón, encima mio. Mientras Vicky nos estaba contando que ya llevaba 4 meses con su nuevo novio; Torres, mi móvil que estaba encima de la mesa, hizo un pequeño pitido.

- ¿De quién es el móvil? - preguntó Marcos.

- Es el mio. - respondi - ¿Me la pasas?

- Uy, ¿no te hablaras con otra, eh Ivan? - dijo Vicky de broma, Marcos y Julia empezaron a reírse.

- ¿ A ver sois gilipollas? ¿Cómo le voy a poner los cuernos? Entonces estaría ciego. - respondí - Anda cari, ¿me puedes dar mi móvil?.

Entonces Julia cogió el móvil, y empezó a leer el mensaje, en su mente. Pero mientras leía el mensaje se le fue cambiando la cara.

- Ay, a ver si al final va a ser verdad lo de que se habla con otra - siguió Vicky.

- Ey, Julia - la llame - ¿qué pasa? - ella no respondió, simplemente me devolvió el móvil para que pudiera leer el mensaje.

NOIRET hoy, 18:27: Chicos, estáis muy equivocados. Por que hayáis quemado el internado esto no se ha terminado. Algunos estamos libres, y los otros no tardarán mucho en estarlo. Como empecéis de nuevo con vuestros jueguecitos de detectives, os juro que os mato. Y a Julia y a ti os conviene iros lejos de aquí, se perfectamente en qué casa estais viviendo actualmente, mientras estéis en otro país que no sea este, podéis estar tranquilos. Y tampoco te olvides de la chacha, es mejor que ella se escape con vosotros. Por cierto, dale recuerdos de mi parte. Espero que os porteis todos muy bien. Un beso.

El internado - 15 años después.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora