3. ¿UN BEBE EN UNA CESTA?

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7 de septiembre de 2025, El Internado La Laguna Negra / El despacho del director, Marcos Novoa.

- ¿Tu crees que esto saldrá bien? - pregunte a mi tio; Hector. Que estaba apoyado con una mano en la pared y en la otra mano llevaba una taza de café con leche.

- Pues claro que va a salir bien. Hace diez años que volvimos a abrir el internado. Y tú has hecho un gran trabajo para conseguir todo esto. - le dio un sorbo a su taza. - Además, Jacinta necesita ayuda con la quimio, así que no podré pasar muchos días en el internado durante este curso. Tú eres el mejor para sustituirme como director.

- Si, ya iré a visitar a Jacinta algunos de estos días. Pero no me refería a eso. Llevamos 15 años buscándola y no hemos encontrado nada.

- Marcos, tranquilo. Rebeca, Martin y Vicky trabajan como profesores aquí. Vicky está haciendo lo que sea para encontrarla, Y sabes que Rebeca y Martin están dispuestos a ayudaros.

- Ya, ¿y Julia e Ivan que? Hace 2 años que le mandé el último mensaje y no ha llegado ni a contestarme ni a llamarme. Lo mas seguro esque ya ni siquiera tiene el mismo número de tele..

Un "toc toc" que escuchamos al otro lado de la puerta hizo que no terminara la frase. Me acerqué a la puerta y la abrí.

- ¿Botafumeiro? - me llamó la persona que estaba al otro lado de la puerta.

- ¿Ivan? - No me lo podía creer, después de años queriendo contactar con él, y ahora mismo estaba delante mio. - ¿Qué haces aquí?

- Pues nada, que me apetecía dar un paseito por los pasadizos, para ver si encontraba a los hijos de puta de los nazis para partirles la cara.

Nos sonreímos y después nos abrazamos.

- ¿Has venido solo? - le pregunte.

- Que va, mi madre y Julia están fuera.

- ¿Maria también ha vuelto? - le preguntó mi tío, se le alegró completamente la cara.

- Pues claro, estará sacando las maletas con sus nietos - respondió el.

- ¿Julia y tú tenéis hijos?

- Gemelos, en pocos meses cumpliran quince años, Caye y Carol. - me miró - Pensamos que deberían tener nombres especiales. ¿Te gustan?

- Pues claro que sí - respondí - yo también tengo una hija, Alba.

- ¿Y quien es la madre?

3 de septiembre de 2011, Casa de los Novoa-Pazos, Marcos Novoa.

- Vamos Paula, dos cucharadas más y te quito el plato. - dijo mi madre.

- ¡Pero mama, no quiero puré! - contesto ella.

- Pues Paula, así no vas a crecer - le dije yo.

- ¡Si que voy a crecer! Hace tropecientos años no comían puré y si que crecían. ¿A que si, Jacinta?

Parecía que Jacinta iba a responder, pero justo sonó el timbre de nuestra casa.

- ¿Quién toca el timbre de una casa a estas horas de la noche? - preguntó mi tío.

- Tranquilos, ya voy yo. Seguramente será el vecino amargado de al lado que siempre viene a quejarse. - dije yo.

Me levanté de mi silla y abrí la puerta. Ya tenía preparado en mi mente lo que le iba a decirle a ese pesado. Pero cuando abrí la puerta, me quedé sorprendido, no esperaba encontrar eso.

- ¿Quién es, Marcos? - preguntó mi tío.

- Hector, ven a ver esto.

Cuando él se acercó a la puerta se quedó igual de sorprendido que yo.

- ¿Un bebe en una cesta? - fue lo único que se le ocurrió decir a mi tío.

En ese momento Paula se acercó.

- ¡Hala! Vosotros también habéis encontrado un bebe en la puerta. Como lo hizo Elsa con Samuel. ¡Que guay! Es la misma cesta y todo.

Coji el bebe y lo lleve al salon, mi madre y Jacinta se quedaron también alucinados. Al dejarlo en el sofá vi algo que brillaba dentro de la cuna, acerque la mano, para poder coger eso que tanto brillaba.

- ¿Un anillo? - preguntó mi madre, se le hacía desconocido. En cambio, Jacinta, Hector y yo habíamos visto ese anillo dorado en varias ocasiones.

- ¡Pero si es el anillo que me dio el hada del bosque del internado! - dijo Paula.

- ¡No puede ser! Yo le di ese anillo a Carol días antes de que la mataran. - respondi.

- Tranquilo Marcos, seguramente será un anillo parecido, es imposible que sea el mismo.

- ¡A ver lo quiero ver! - dijo Paula, y cogió el anillo de mis manos. - A, pues igual no es el mismo. Aquí hay algo dibujado.

- ¿Como que hay algo dibujado?

- Si, mira.

Paula me devolvió el anillo. Y es cierto, dentro del anillo, había algo rayado con algo afilado. Me costó unos minutos adivinar que eran letras, por que eran enanas.

- Son letras - dije.

- ¿Y que pone? - preguntó mi madre.

- No lo consigo entender. Leelo Tu.

Mi madre no tardó en averiguar lo que ponía.

- Ya sé lo que pone.

- ¿Que pone?

- Estoy viva, Carol.

El internado - 15 años después.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora