The looks kill

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DESPUÉS DE 4 AÑOS EN la lavandería, Christine había estado sirviendo a Fregoso junto con sus compañeros. Había abandonado todo sueño de salir y seguir su travesía por el mundo. Al caer en la trampa de Fregoso, se le obligo a a trabajar casi toda su vida para pagar su deuda.

—Christine...—Llamó Noodle. Ambas estaban en la cocina, Noodle acompañaba a Christine mientras ella lavaba los platos. Las dos se habían convertido como uña y mugre, Christine varias veces defendía a Noodle de Fregoso y viceversa. Christine al no estar acostumbrada a estar dentro de 4 paredes, varias veces se había escapado de la lavandería, pero todas esas veces la atrapaban, o algunas si llegaba a salir, pero siendo detenida por los oficiales. Al darse cuenta que nunca podría salir, abandonó su esperanza

—Dime Noodle—

—¿Necesitas ayuda?— preguntó Noodle dejado aún lado su libro.

—No, ya casi acabo—le faltaban unos cuantos para acabar. Deseaba con toda su alma terminar y poder irse a su habitación junto Noodle. Reviso su reloj de bolsillo, el único recuerdo de su padre al fallecer.

—Oye Noodle ya que acabe, ¿quieres acompañarme a terminar uno de mis escritos?—
preguntó observándola—, Estoy trabajando en una novela de un monstruo que encierra niños —En los años que había estado ahí se dio cuenta de su don para escribir, se le daba bien.

Algunos de sus cabellos rizados caían sobre su rostro, al tener su cabello largo y mal agarrado, tenía ese resultado.

Noodle asintió con una sonrisa tranquila en su rostro y Christine le sonrió igual, pero les duró poco su pequeño momento de comodidad cuando Fregoso las llamó con un grito. Ambas salieron hacia la estancia, Noodle le respondió a Fregoso mientras que Christine solo la miraba mal.

—Si señora Fregoso— le dijo noodle con su libro en manos.

—¿Ocupa algo Señora Fregoso?— le respondió ahora Christine.

—Dejen de holgazanear y sírvanle al huésped ginebra—ordenó la Señora Fregoso con disgusto en su rostro.—, El pobre está casi congelado—

—Si Señora Fregoso— respondieron las dos con pocas ganas. Christine al dirigir la mirada hacia el nuevo huésped quedo muda al ver al joven que estaba frente ella. Aquel joven era bastante atractivo pero se sorprendió aún más al ver que el también la estaba mirando. Quedo sin palabras al hacer contacto visual con el.

—Hey tu deja de molestar al huésped y trae la ginebra— regaño Fregoso al darse cuenta de la interacción de los jóvenes.

—Enseguida— se fue apresurada Christine para ir detrás de noodle.

Rápidamente las dos trajeron la ginebra, mientras que noodle le llevo su vaso a Fregoso, Christine le llevó su vaso al joven.

—Muchas gracias señorita— Le sonrió con entusiasmo mientras agarraba la ginebra.
Christine quedó deslumbrada al verlo de cerca, si de lejos le era atractivo ahora tenerlo de frente y verlo más detenidamente hacía que sus nervios aumentaran. Se preguntaba si no le dolía el rostro de ser tan guapo.

Christine solo le dio una sonrisa amable pero se entristeció cuando recordó que al igual que ella, que todos, iba a ser cruelmente engañado y encarcelado en este horrible lugar.

El joven aún con la sonrisa en su rostro, quedó encantado con la amabilidad y belleza de la chica. Sus facciones finas y sus ojos azules como el mar, los mechones rubios y rizados que caían sobre su bello rostro. Lo dejaron maravillado y su nerviosismo aumentó cuando se dio cuenta que nuevamente los dos hacían contacto visual. La mirada de ella era brillante y suave, pero el grito de la Señora Fregoso hizo que los se giraran hacia ella.

—¡Christine!—grito Fregoso molesta por la actitud de la joven. Se dio cuenta de la situación que ambos jóvenes estaban teniendo nuevamente y eso la desesperaba—, Deja de seguir molestando al huésped y ve hacer tu trabajo—le dijo Fregoso.

—Si Señora Fregoso— respondió rápidamente y de nuevo se fue con Noodle.

Al encontrarse con ella esta la miró con burla—, No Noodle con el no—se quejó Christine. Noodle solía molestarla con cada hombre que se le pretendían, como Noodle le decía.

Noodle soltó una risa pequeña que contagió a Christine.

—¿Crees que deberíamos advertirle?— le propuso Noodle al escuchar a Fregoso.

—Hay que intentarlo—se acercó a la pequeña puerta que daba hacia el mostrador queriendo oír la conversación. Escucharon a Lejía hablar.

—El Señor Wonka está temporalmente en bancarrota— Hablo Lejía sentando en su característico sillón.

La Señora Fregoso hizo un sonido de lamento
—Ay no, no me diga eso—posó una mano en su cintura aparentando sorpresa.

—Eso temo Señora Fregoso, pero, eso está por cambiar— hablo ahora el señor Wonka con entusiasmo en su voz.

—¿Así?— respondió Fregoso con incredulidad.

—Vera soy una especie de mago, inventor y chocolatero. Y mañana a primera hora en Las Galerías  Gourmet planeo revelar mi creación más extraordinaria— siguió con confianza en su hablar mientras que Fregoso lo miraba con un rostro desconfiado.

Noodle dejó su lado para asomarse por el marco de la puerta, Christine la siguió para observar lo que estaba pasando.

—Prepárese para maravillarse, pues le presento— habló Willy mientras ponía su sombrero en el mostrador y sacaba inesperadamente una tetera.

—¿Tomará té?— lo observaba Fregoso con irritación, mientras que Willy miraba la tetera en su mano con confusion.

—No, no tenía intenciones de hacer té. Deme un segundo—Fregoso sacó un suspiro de cansancio. Ahora había sacado unas zanahorias de su sombrero y el joven las vio con confusión de nuevo—, Es para mi estofado—Christine miraba con curiosidad las acciones del joven mientras que Noodle reía levemente.

Willy ahora sacaba una tira de pañuelos amarrados—, Se que está por aquí— le sonrió a Fregoso mientras seguía sacando la tira.

—Descuide Señor Wonka se nota que es un hombre de un ingenio gigante y tenemos algo ideal para usted. El paquete empresarial. La habitación cuesta una moneda y la puede pagar mañana hasta las 6:00 de la mañana ¿Suficiente tiempo para ganar unos centavos?—ofreció

Noodle y Christine se miraron con temor y se devolvieron atrás de la pequeña puerta atrás del mostrador para advertirle al nuevo huésped.

—Más que suficiente señora Fregoso, gracias—
Agradeció Willy poniéndose su sombrero de nuevo.

—Es lo menos que puedo hacer por un extraño necesitado— se volvió atrás de ella y sacó unas hojas—, Ahora firme aquí y todo estará listo—

Noodle abrió la pequeña puerta y Willy al darse cuenta dirigió su mirada hacia las dos.

—Lee la letra pequeña— dijeron las dos en voz baja con temor de que cayera en ese infierno.

QUEEN OF DISASTER- WILLY WONKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora