Capítulo 11

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– Padre, debo hablar contigo -pedí siendo consciente que me sentía desesperado y nervioso. Solo pensar que podía perder a mi Luna Amelia me ponía intranquilo.

– Claro, vamos a la biblioteca -respondió papá relajado, pero en el camino olí su fastidio. Había captado la razón de mi cambio de humor.

– Haldir, Ravi, Elrond y Kiram, ¿podrían acompañarnos? -necesitaba que me ayuden a pensar, y sí que lo hicieron.

Dejaba el comedor cuando Amelia jaló de mi mano, y al ponerle atención, me di cuenta que ella estuvo percibiendo mis emociones. «Carajo, ¿qué le digo? ¿Cómo la tranquilizo si yo mismo no lo estoy?».

– No te preocupes, amor. Acabo de recordar que tengo un asunto que solucionar antes de ser el nuevo Alfa. Por favor, empieza a ver el tema de la boda con ayuda de mamá, mis hermanas y Caroline. Ya vengo -me fui dejándole un beso en la frente y otro en los labios.

Ni bien crucé el umbral de la biblioteca, todos comenzaron a cuestionar si había cerrado el tema de Laura antes de viajar a Perú. Al decirles que ella nunca confirmó que aceptaba terminar la relación y que yo estaba confundido, porque pensaba en rechazar a Amelia, sentí que me juzgaban. Traté de excusarme con el mismo rollo de siempre, pero solo era para no sentirme tan culpable de ser quien pudiera causar mi desgracia, ya que temía dañar a Amelia y que me deje por no aceptar que tuve una relación antes de que ella llegara a mi vida. Mi padre señaló que sea cual sea el motivo que me llevó a enredarme con Laura, era responsable de todo y debía asumir mi error. Ahí fue cuando abrí mis sentimientos y les manifesté que estaba muy arrepentido de lo que hice.

Haldir acotó que cuando inicié la relación con Laura fui explícito al indicar que lo nuestro se acababa al aparecer el primer predestinado, por lo que ella sabía que algún día todo tendría un fin. Y así fue, pero cuando se dio la situación, ella no quiso aceptar que nos debíamos alejar, y les comenté que me pidió ser mi amante, pero como no quise caer más bajo de donde ya estaba, la rechacé. También les dije que ella señaló que, si no era feliz, yo no lo sería, y que eso me sonó a que era capaz de hacerle daño a mi Luna. Papá estalló en rabia al tan solo imaginar que Laura llegaba a Perú para atacar a Amelia. Todos estábamos algo alterados por la posibilidad de que la futura Luna de la manada sufra algún tipo de atentado, y ya pensábamos en una respuesta violenta, pero Kiram pidió la palabra y nos dio su punto de vista.

Mi sobrino mostró ser un buen analista y dio una acertada opinión, en la cual defendió que lo mejor era tratar el problema de Alfa a Alfa, por lo que mencionó que era necesario que pronto asuma el mando de la manada. Asimismo, resaltó que los miembros de la manada en Lima que habían sido elegidos para ser guerreros necesitaban recibir el entrenamiento, por lo que propuso que traslademos a Catalin a Lima. Esa idea fue descartada por ser muy riesgosa. En lo personal, nunca me interesó el tema de Thomas y Catalin, solo sabía que él fue el Beta de mi bisabuelo Karl, pero perdió el rango al unirse a su predestinada, una vampira, la hija del líder del Clan Dracul. Mi padre indicaba que tener a Catalin lejos de su predestinado licántropo conllevaba un gran riesgo, así que indiqué que sería mejor descartar esa opción, y más bien pedirle a Marion, a Haldir y a mi séquito que entrenen a los guerreros. Así acordamos que el siguiente sábado sería la Ceremonia de Entrega del Mando Alfa y de Séquito en Perú.

(...)

Al regresar al lado de Amelia, la sentí preocupada. «¿Será por mi reacción?», me pregunté a mí mismo, pero no me preocupé, preferí mantenerme calmado. Al preguntarle a Amelia en qué pensaba, dijo que le preocupaba que el número de invitados a la boda pueda superar el millar. Mencioné que usualmente lidiamos con eventos más grandes, como cuando se realiza la sucesión de mando de padre a hijo, lo que papá aprovechó para comunicarle a las hembras de la familia que habíamos decidido realizar la ceremonia el próximo sábado. Al preguntar las hembras por el motivo del apuro, mi padre indicó que había temas que yo debía resolver siendo el Alfa antes de que se efectúe la boda. Entregó la responsabilidad de la planeación del evento a mamá y a mis hermanas, a la vez que pidió incluir a Amelia y a Caroline en la organización.

El Puro que AúllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora