Lo que restó del miércoles hasta el viernes a mediodía lo utilicé para poner a prueba mi fuerza, mi resistencia, mi velocidad, mis conocimientos en técnicas de combate y el control de mi lobo. Quería por fin presentarme ante Amelia en mi forma animal. No es que mi lobo sea otra alma compartiendo el mismo cuerpo y espíritu, sino que es mi versión animal, y, como tal, es más sensible a todo lo que hay a su alrededor, por ello es que en esta forma los licántropos nos podemos comunicar telepáticamente. Al ser mi Luna una humana, temía que mi versión lobo sea demasiado emotiva y pudiera causarle daño al golpearla sin intención a la hora que se acerque para expresarle cariño. Lo que hice para prepararme fue pensar en Amelia estando en mi forma de lobo. Recordaba nuestros encuentros íntimos con la intención de analizar lo que ello producía a mi versión animal. Aunque había una desesperación por encontrarla al no olerla cerca, pude controlar la necesidad de buscarla al recordar por qué no estaba conmigo. En ese momento ya era capaz de poner en primer lugar los pensamientos conscientes que definían mi comportamiento y seguirlos sin alterarme, lo que significaba un logro no solo para mi vida con Amelia, sino para mi desempeño en batalla.
(...)
El día de tener conmigo a Amelia se acercaba. Mi abuelo Hugo me llamó para avisar que mi Luna viajaría con él, la abuela Stephanie y los bisabuelos. Me pidió que le mostrara la carretera a seguir, por lo que en la noche del jueves salí a recorrer el camino en mi forma de lobo. Mientras mostraba a mi abuelo las curvas y condición de los caminos que debía recorrer, le pregunté cómo estaba mi Luna.
– Está tranquila. Amelia es consciente de que debe dejar listas todos los deberes del instituto antes de partir hacia la hacienda, por lo que no ha perdido el tiempo llorando o sintiéndose triste. Ahora está preparando su maleta y una sorpresa para ti.
Al saber de la sorpresa, recordé lo que una vez me dijo Marianne sobre el anillo de compromiso que nos entregó el día de la cena, así que se me ocurrió hacer la pedida de matrimonio romántica en la hacienda. Llamé a Heidi para que me ayude con el anillo de compromiso, y me recomendó preparar una cena solo para los dos, a la luz de las velas, con música para bailar lento, muy pegados. Recordé que Amelia no llevaría consigo un vestido ni joyas para una cena como la que estaba planificando, así que le pedí que me ayude a conseguirle un vestido, zapatos y joyería que haga juego. Recomendó que incluyera entre mis cómplices a Kurt, así que lo llamó para que se sume a nuestra conversación y le explique lo que pensaba hacer.
– Tengo un vestido que he estado preparando para un desfile, pero en una hora lo tengo listo para Amelia -ofreció el buen Kurt. Siempre lo atormentábamos con pedidos de última hora y nunca nos negó su ayuda.
– ¿El rojo de terciopelo? -preguntó Heidi.
– Sí, ese. Es perfecto para Amelia: sensual y a la vez muy inocente. Cuando la veas te vas a enamorar más, Stefan -dijo Kurt con picardía.
– Entonces, tengo los zapatos y la joyería perfecta para él -confirmó Heidi, que se escuchaba feliz al participar de la sorpresa para mi Luna.
– ¿Y cómo te haremos llegar todo lo que necesitas? -cuestionó Kurt.
– Déjenme pensar y les aviso. ¿Cuándo tendrían todo listo?
– Mañana a mediodía. Es que me tomará la mañana preparar el anillo de compromiso que tengo en mente –mencionó Heidi y a mí me entró la curiosidad.
– ¿Me puedes comentar tu idea?
– Sí. Pienso usar un zafiro con un engaste de platino en forma de rosa.
– ¿Por qué un zafiro?
– El zafiro es la piedra de la sensatez, por lo que se le relaciona al amor perfecto, el cual es el equilibrio entre intimidad, pasión y compromiso, algo que se logra cuando la relación ha madurado con los años. Para los seres sobrenaturales es fácil alcanzar ese amor perfecto, por eso te recomiendo entregarle un zafiro a Amelia. Y el engaste en forma de rosa es porque esas bellas flores significan amor.
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El Puro que Aúlla
WerewolfSoy Stefan Höller, un sobrenatural, un licántropo de puro linaje, descendiente de una línea de alfas que no se ha quebrantado desde hace diez mil años, cuando mi manada se estableció en La Tierra. También soy el protagonista de la Profecía que compa...