Starker (One Shots)

18

Eran dos nada más, Happy y él quienes lo sabían, nadie sabía los gustos que siempre elegía de sus donas, su mejor amigo y chofer estaba de vacaciones y eso empezaba a ser un problema ya que cuando fue en busca de sus deliciosas donas notó que ya no habían, recordó que había tirado la última caja a la basura esa mañana.

- vamos Happy contesta...- el filántropo gruñó cuando el hombre regordete no atendía las llamadas.

Bueno no podía enojarse ya que él le había dado dos semanas libres, pasajes para que disfrute con su pareja y bla bla cosas ridículas que hacen las personas enamoradas, Virginia no era una opción ya que ésta una vez le trajo una caja pero las donas no tenían azúcar, ni chocolate, ni caramelo ¡Nada! ¿Cómo alguien en su sano juicio puede comer una dona así? Negó ante aquella desastrosa escena.
¡¡Bruce!! No él tampoco, el pelinegro solía enojarse si no le atinaba a sus gustos, suspiró por no tener otras opciones, la idea de salir era tan agotadora ¿Se imaginan al mismísimo Tony Stark llegar a una tienda en donde preparan sus donas?.
Suspiró, tenía que dejar todo lo que estaba haciendo en su taller, para tomar una ducha, elegir un traje, elegir un auto que convine con su vestimenta, conducir hasta aquel lugar, aguantar a la gente que le pide autógrafos, fotos y más cosa... No quería, pero lo haría por sus deliciosas donas.

Después de hacer todo, se terminó decidiendo por colocar un traje no tan llamativo, se aseguró que su barba estuviera bien recortada y prolija, cuando estuvo listo se dirigió a su garaje a decidir cual automóvil conducirá ésta mañana, se terminó decidiendo por uno gris, cuando estuvo listo se subió y comenzó a conducir hasta aquel lugar que comenzaba a considerar sagrado, tenía que comprarlo y hacer que le manden un pedido especial simplemente para él.

Cuando entró pudo notar que la gente lo miró enseguida, por dios era obvio él era Tony Stark, filántropo, playboy y lo más importante multimillonario, dueño de Industria Stark, hizo la fila, que para su suerte, eran tres personas que hicieron sus pedidos rápidos, su vista siempre estuvo en la vidriera en donde se encontraban las deliciosas donas, pero cuando vió aquellos ojos chocolate, mejillas rojas y hermoso rostro de ángel supo que las donas habían quedado en segundo plano, nada opacaba aquella obra de arte, tendría que ser un delito mirar a ese muchacho.

- buenas tardes señor ¿En qué puedo ayudarlo?- Tony sintió que el mundo se detuvo cuando los labios rojos del castaño se estiraron en una sonrisa, para él porque lo estaba mirando solamente a él.

- ¿Cómo te llamas?... Estás soltero? ¿Que te parece una cena en el mejor restaurante de Francia?- las mejillas de aquel chico se enrojecieron aún más y por dios aquella risa, fue tan tierna, le estaba causando un pico de diabetes.

- mí nombre es Peter señor, si estoy soltero y me encantaría ir a cenar a Francia pero hoy tengo que cubrir doble turno- Peter, ahora sabía su nombre y que estaba soltero- ¿Cuál será su pedido?

- mmm bueno un señor gordito siempre viene y hace pedido grandes... Hogan.

- oh el señor Happy! Claro que sí ¿Llevará el mismo pedido que siempre lleva él?- Stark asintió embobado por la manera de hablar de éste chico.

Cuando recibió sus cajas de donas le entregó su tarjeta a Peter para que se cobrara lo que haga falta hasta incluso le dejó una gran propina.

- sería de mucha importancia que obtenga tú número Peter... Te parece si quedamos para una cena juntos?

- el sábado saldré a las siete de la noche, estaré libre luego...- esa fue la respuesta del castaño, Tony asintió ante la información.

- entonces pasaré por ti a esa hora.

El mayor salió de aquel lugar con muchos ánimos, ya quería que sea sábado y pasar por el muchacho.

- ¿Tony me estás escuchando?- Virginia suspiró mirando a su jefe- ¿Que es lo que te distrae en éstos momentos?