Capítulo siete
El viaje a la Universidad del Sur de California
Febrero 21, 2018
Adriel Miller
El aire invernal californiano nos envolvía cuando llegamos a la Universidad del Sur de California. A pesar de la temporada fría, el sol aún brillaba tenuemente sobre nuestras cabezas, y el campus seguía siendo impresionante. Los edificios modernos se alzaban entre grandes espacios verdes cubiertos de una ligera capa de escarcha, mientras los estudiantes caminaban abrigados en chaquetas gruesas y bufandas. Había algo en esa combinación de frío y energía juvenil que te hacía sentir vivo, como si fueras parte de algo más grande.
Mientras caminábamos, las nubes de vapor salían de nuestras bocas cada vez que hablábamos, y los campos deportivos se extendían frente a nosotros, medio vacíos pero aún impresionantes bajo el cielo de invierno. Yo estaba especialmente emocionado por hablar con los entrenadores de fútbol. Sabía que USC tenía uno de los programas deportivos más fuertes del país, y como jugador de fútbol, este lugar representaba una oportunidad increíble.
—Esto es enorme —dijo Brad, mirando a su alrededor con los ojos bien abiertos—. Ni siquiera sé por dónde empezar.
—Yo tampoco —añadió Noah, que caminaba a mi derecha—, pero si no encontramos el comedor pronto, me desmayo. Necesito saber si tienen comida decente aquí antes de comprometerme a estudiar en este lugar.
Me reí mientras seguíamos avanzando hacia el centro de orientación para los estudiantes prospectivos. A lo lejos, se podía ver la gigantesca biblioteca y algunos edificios administrativos. Las palmeras bordeaban los caminos, lo que le daba un toque muy californiano al ambiente.
—Estás en un campus gigante lleno de oportunidades académicas y deportivas, y lo único que te preocupa es la comida —dije, dándole un suave golpe en el hombro a Noah.
—Hombre, si la comida es mala, todo lo demás pierde valor —respondió Noah, defendiendo su postura con una sonrisa pícara.
—Lo que pasa es que Noah está buscando alguna beca relacionada con el arte culinario —bromeó Brad, guiñándome el ojo—. Quiere ser chef.
Noah soltó una carcajada.
—¡Claro que no! Pero no me molestaría tener una cocina decente en la residencia, si es que al final decido venir aquí.
El ambiente entre nosotros era relajado y lleno de bromas. Esta visita a la universidad no solo era informativa, sino también una excusa para pasar un buen rato con mis amigos. Desde que empezamos a hablar de universidades, Brad y Noah habían sido un gran apoyo para mí. Sabían que, para mí, conseguir una beca deportiva era fundamental para seguir jugando al fútbol a nivel competitivo y, a la vez, poder estudiar. Era mi sueño desde que tenía uso de razón.
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Dulce amor #2
RomanceLIBRO 2 "Porque a veces el primer amor no era la primera pareja que has tenido, si no la primera persona que te ha marcado de una manera positiva, pero por cosas del destino esa "relación" no llega a ningún lado, y aunque la relación que tuve con l...