CAPÍTULO I

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Antes de esto todo había sido maravilloso. Claro, que hubo algunas cosas que no fueron precisamente divertidas, pero todo se podía arreglar, suena cliché, pero se podía arreglar porque estaban juntos y era más fácil luchar con alguien a tu lado.

Antes las cosas no eran tan complicadas.

Antes sabía que todo estaría bien.

Antes las cosas eran fáciles.

Antes Nico lo amaba.

***

Los accidentes son sucesos en la vida de todo ser humano. Cada persona tendrá al menos un accidente a lo largo de su existencia, pueden ser afortunados y no obtener más que unos cuantos golpes y moretones, además del trauma o pueden ser terriblemente desafortunados y poner toda su vida patas arriba.

Esa noche cuando llegó la ambulancia, se sintió como lo segundo.

—Necesito ir con él —pidió Will.

La doctora negó con la cabeza, le dio una mirada de comprensión, pero habló con voz firme —No, ya sabe cómo funciona esto, doctor Solace. Estás demasiado cerca para ser de ayuda. Así que te doy dos opciones; o vas y esperas como cualquier familiar a que me acerque y te diga el diagnóstico o te vas a asustar a algún interno, pero no te vas a acercar a este paciente como médico ¿Entendido?

—P-Pero... —murmuró Will. Sabía que ética y moralmente no se debía involucrar en el caso, era familiar, pero era tan condenadamente injusto y se sentía tan impotente que no sabía si podía logralo.

—Estamos perdiendo tiempo valioso aquí —dijo la doctora con impaciencia.

Eso hizo que Will se apartara de ella —Está bien. Tengo pacientes que revisar. —cómo si fuera a ser de ayuda con ellos—. Yo, por favor n-no te rindas con él.

Ella apoyó amablemente una mano en el brazo de Will —Sabes que no podemos hacer promesas, pero no me rendiré.

Will asintió incapaz de decir nada más y la doctora se fue.

Se quedó ahí un momento más, hasta que de hecho recordó que sí tenía pacientes que ver y definitivamente no quería quedarse en la sala de espera, eso lo haría sentirse más impotente.

Por lo menos estar con sus pacientes iba a tener su mente ocupada en otra cosa.

Funcionó sólo por quince minutos.

Revisó un paciente en recuperación porque hasta ahí llegó su voluntad, al menos tenían buenos compañeros que se hicieron cargo, claro que las miradas preocupadas —porque los chismes corren rápido en el hospital— no hicieron nada por ayudar con su ánimo.

Pero tampoco podía quedarse en la sala de espera, así que estuvo deambulando por los pasillos, tratando de mantener la fe en la doctora Ruíz. Lo intentaba con todas sus fuerzas, ella era una doctora increíble, pero no podía evitar sentir frío. Recordaba lo que el paramédico había dicho antes de darse cuenta que el paciente era Nico.

—Hombre aproximadamente 30 años. Un conductor ebrio a exceso de velocidad se pasó el alto y lo embistió, el paciente se encontraba inconsciente al momento de llegada, abrasiones por asfalto en cara y brazos, hemorragia abdominal interna y se sospecha de TBI severa. Codificó una vez en la ambulancia.

Will intercambió una mirada con la doctora Ruíz, eso no sonaba esperanzador para el paciente.

Luego bajaron del todo la camilla y su mundo se detuvo.

Sintió que se tardó una eternidad en que su cerebro procesara lo que estaba viendo, porque se negaba a aceptarlo, a lo mejor todo era una equivocación.

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