CAPÍTULO II

120 19 7
                                    

Se sentía como si alguien lo arrastrara hacia abajo.

Intentó mover sus dedos para anclarse a algo, a cualquier cosa que se lo llevara de esa oscuridad.

Podía escuchar leves murmullos, pero no sabía de dónde venían. —"Oye, estoy aquí"

La voz se escuchaba distorsionada, como si estuviera bajo el agua, pero de alguna manera extraña lo hacía sentir cálido y seguro.

Intentó luchar contra la oscuridad, de verdad que lo intentó, pero se hizo más fuerte y de nuevo se perdió en ella.

***

La siguiente vez que Nico se encontró luchando con la oscuridad se podría decir que estaba un poco más preparado.

Sabía que había algo —alguien— que lo estaba llamando de quién sabe dónde, pero lo percibía como algo estable, como si lo estuvieran esperando.

Ahora también se sentía entumecido, como cuando tienes un mal sueño y no te puedes despertar de él, crees sentir todo lo que pasa a tu alrededor, pero no puedes controlar a tu propio cuerpo.

Odiaba sentirse así.

Una luz brillante apareció cegándolo, y pudo sentir como si fuera tocado por alguien más, toques fríos que no conocía y le hacían querer salir de su propia piel, aunque no duró mucho.

Desafortunadamente la oscuridad persistió aun después del breve momento de luz.

Ya no quería estar aquí —donde quiera que fuera aquí— estaba listo para irse a ese lugar, donde estaba aquella voz.

***

La tercera vez definitivamente estaba preparado.

La oscuridad se arremolinaba a su alrededor, intentando que no se alejara de sus garras, pero Nico peleó con todas sus fuerzas, ya no quería estar ahí, quería estar con aquella voz que le habla con tanto cariño.

No sabía a quién pertenecía, todavía se escuchaba distorsionada, aunque tenía una sospecha que esperaba fuera realidad, porque nadie más le podría hablar de esa forma tan segura y cariñosa, nadie más podía hacerlo querer luchar, excepto su primer amor, el amor de su vida —el amor que iba a esconder por siempre para no decepcionar a su padre—, siempre sería un cobarde, pero él estaba ahí.

Un nombre apareció en el fondo de su mente Percy.

Pero cuando se lo trató de imaginar, había unos ojos azules en lugar de verdes.

Sabía que había algo mal, una cosa que no sabía describir, pero no concordaba del todo. De cualquier manera, no tenía tiempo para considerarlo demasiado, estaba dispuesto a seguir peleando para llegar con él.

Sintió una cálida presión en su mano, intentó darle respuesta apretándola, como si dijera "ya voy".

La hermosa voz volvió a sonar "—Vuelve a hacerlo, cariño, por favor."

El mote cariñoso sorprendió un poco a Nico, le envió una punzada de pánico en pensar que su padre pudiera escucharlo, pero luego no importó y volvió a apretar esa mano, esta vez con un poco más de fuerza, debía entender que estaba haciendo todo lo posible para volver.

La oscuridad se estaba desvaneciendo poco a poco y Nico lo sintió como una victoria. Estaba a casi nada de ver a Percy con él, como lo había soñado durante prácticamente toda su vida.

La voz/Percy estaba instándole a que abriera los ojos, con una emoción apenas contenida en el tono y que lo hizo sentirse cálido. Nico quiso obedecerla, hacer que esa emoción siguiera ahí y que se diera cuenta que haría todo por él, aun y cuando Nico fuera tan cobarde para jamás llegar a nada por miedo a decepcionar a su padre, pero al menos podía concederle esto, así que intentó con fuerza, sintió que su cuerpo se movía y casi sin saberlo, abrió los ojos.

CADENAS DEL PASADO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora