CAPÍTULO XII

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CAPÍTULO XII

Will se estaba volviendo loco, más que de costumbre.

Este extraño comportamiento de Nico lo dejaba totalmente desequilibrado, primero odiándolo, luego celoso, claramente fingiendo que no ve a Will y luego volvemos al principio, era desesperante.

Nico lo había odiado desde que despertó del accidente y luego, casi de la nada se ponía celoso de su amigo ¿qué? ¿Dónde estaba la lógica en eso?

Will estaba jugando un juego muy peligroso, pero si era lo que necesitaba para obtener una reacción de Nico, lo iba a hacer.

Estaba un poco desesperado, demándenlo.

En realidad no creía que Paolo fuera en serio, simplemente era un buen amigo que quería apoyar a Will, digo, era más joven que él y tenía una brillante carrera por delante, por supuesto que tenía toda la libertad de estar con quien quisiera ¿cómo iba Paolo a querer algo con Will, quien tenía una hija y mendigaba amor a su propio esposo?

Era absurdo.

Aun así, cada que lo nombraba Nico ponía cara de pocos amigos y se ponía de mal humor, lo había conocido ya por un largo tiempo, y tal vez Nico no estaba del todo consiente por qué actuaba de esa forma, pero esa era la única manera en que Will obtenía una reacción visceral de Nico, así que iba a tomar lo que pudiera.

Se volvió un poco peor cuando Nico empezó a saber cosas que Will no le había dicho, de repente estaba haciendo algo y comentaba cualquier evento aleatorio de su vida. Will se sentía un poco reconfortado porque tal vez sus recuerdos podrían volver, pero se sentía un poco decepcionado cuando cada vez no era nada relacionado a él.

No era un neurólogo, ni tampoco psicólogo, pero creía que tal vez Nico podría estar de manera inconsciente bloqueando los recuerdos sobre él. No lo sabía a ciencia cierta y obviamente no podía hacer nada, pero dolía el hecho de que tal vez no quisiera acordarse de él.

Tuvieron su primer salida al McDonald's después del accidente de Bianca y cuando salieron Nico estuvo callado y pensativo, casi como si hubiera descubierto el secreto del universo, esperaba que eso significara algo bueno y no un retroceso en su dinámica actual.

Una semana después del accidente, se hizo consiente que Nico lo miraba más seguido, como si estuviera tratando de desentrañar todos sus secretos, lo ponía un poco nervioso, aunque le gustaba tener un poco de su atención.

De repente Nico abría la boca como si quisiera preguntar algo, pero nunca lo hacía y luego simplemente se sonrojaba de la nada.

Tal vez por eso, es que tenía la esperanza de que Nico se acordara que era el cumpleaños de Will.

Sabía que era mucho pedir, era algo tan tonto y aun así terminó decepcionado una vez más. Afortunadamente, tenía turno ese día y al día siguiente, aunque solo fuera uno de ocho horas, así que no se iba a humillar así mismo con miradas anhelantes —la doctora Ruíz le había dicho que podía cambiarlo si quería, Will se había negado—, de todas maneras no tenía nada que hacer en casa. Bianca aún era muy pequeña para reconocer fechas de cumpleaños sin que nadie le dijera y Will no pensaba decirlo, no era gran cosa, simplemente era un cumpleaños.

Era un hombre adulto, no iba a hacer una rabieta porque no pudiera festejar su cumpleaños. No era importante. Aunque una sonrisa se apoderó de él al leer los mensajes de Rachel, de Reyna y de Hazel —a pesar de que no le había contestado ningún otro, esta vez sí lo hizo—, también tenía mensajes de Percy y Annabeth.

Había demasiadas cosas por las que preocuparse, estaba bien.

Nico estaba arreglando a Bianca para la escuela cuando Will salió de su habitación, las risitas de la niña y los suaves murmullos de Nico hacían que la casa se sintiera más acogedora, a pesar de que Will se sentía extraño.

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