CAPITULO X

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Will no tenía ninguna razón para creerle a Nico, pero quería hacerlo. Así de idiota era.

Aunque todavía no había tomado una decisión, simplemente después de todo se había ido a su cuarto diciendo que tenía que pensarlo. Ni siquiera entendía del todo lo que sentía, porque sabía que estaba enojado, pero también dolido sobretodo porque se trataba de la ex de Nico.

Era ridículo, sabía que Nico pensaba que amaba a Percy y aun así Will no se había sentido taaan, tan inseguro, sabía que en realidad por las ideas de Nico, no era una opción, pero Helena por supuesto que lo era, no lo iba a negar, era bonita, educada, con dinero y lo más importante, con la aprobación de Hades, y Will estaba seguro que esta última característica, era la que definía todo.

Las cosas se pusieron igual de raras que antes, la verdad es que empezaban a parecer un divorcio, solo pasando tiempo con la niña cuando el otro no estaba presente o hablando con monosílabos cuando era absolutamente necesario.

Will estaba haciendo turnos extras, sabía que no era justo para Bianca, pero necesitaba un concentrarse en problemas que podía resolver, además no iba a decir que el dinero no ayudaba. Aunque cuando dejaba de estar con los pacientes y pasaba al papeleo en su consultorio, se distraía tanto que luego ni siquiera sabía que estaba haciendo.

Así fue como las cosas se pusieron más raras. Sabía que la comunicación podría resolver las cosas, pero parecía que ambos lo habían olvidado.

Llegó a casa un poco más temprano que de costumbre estos últimos días, todavía no era la hora de dormir de Bianca y la niña inmediatamente corrió hacia él cuando se abrió la puerta, y como siempre, empezó a hablar a cien palabras por minuto. Se dio cuenta que Nico lo estaba mirando, pero sin atreverse a decir nada, Will alzó a su hija y la abrazó. Nico de inmediato se ocupó en otra cosa.

A pesar de todo, Will odiaba esta distancia que había entre ellos, se sentía como si todo lo que habían construido durante años con tanto esfuerzo, se estuviera derrumbando piedra por piedra. Había perdido a Nico desde el accidente, había perdido a su compañero, a su mejor amigo, al amor de su vida y no sabía cómo lidiar con ello.

A veces dicen que cuando algo te está lastimando debes soltarlo, pero no sabía cómo hacerlo, en realidad tampoco lo quería, pero Nico lo había soltado a él desde el momento en que despertó.

Cuando Will dejó a la niña en el piso, ella lo tomó de la mano y prácticamente lo arrastró a la cocina para que pudiera dibujar con ella, no protestó demasiado porque sentía que hace años no pasaba tiempo con la niña, pero ahí estaba Nico. Cuando entraron a la cocina y ajena a lo que pasaba, Bianca también arrastró a Nico, cada uno sentándose a un lado de ella, se miraron con incomodidad, al menos hasta que la mirada de Nico cambió y lo empezó a ver con el ceño fruncido.

Después de la cuarta vez que Will sintió la mirada juzgadora de Nico, le espetó —Una foto te puede durar más.

—¿De quién es esa sudadera? —preguntó Nico a su vez con un tono de voz extraño.

Will lo miró con extrañeza, esa no era una pregunta que esperaba —Mía.

—Tu sudadera tiene las mangas deshilachadas, esa parece nueva...

Will bajó la mirada a las mangas de la sudadera porque sí, tenía un punto y de hecho, ahora que lo decía, no se parecía a su sudadera. Miró a Nico esperando que le diera otra señal de que recordaba algo más, no hubo nada.

En realidad no sabía si había sido recuerdo o no, pero ¿en serio? ¿Hasta una maldita sudadera estaba más arriba en el orden de prioridad de recuerdos de Nico? Esto era absurdo y sí, sí tenía celos de una sudadera, lo que lo volvía más absurdo.

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