─ día de san valentin ᡣ𐭩

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SoonYoung se había despertado más energético que otros días.

Hoy era día de San Valentín, su fecha favorita número cuatro en su lista de "días favoritos de SoonSoon" las otras 3 fechas eran el cumpleaños de el y de su alfa, y la otra por supuesto que era navidad.

El omega tenía todo planeado, su Minggie se había ido a la empresa pero le prometió que volvería antes del atardecer para compartir esta fecha tan bonita juntos. Entonces, eso le daría tiempo de ir a realizar las compras necesarias para la sorpresa que la daría a su grandote novio.

SoonYoung se encontraba en un supermercado para comprar todo lo necesario para su sorpresa.

Su alfa constantemente le repetía que él tenía muy buena mano en la cocina, así que esta noche lo sorprendería con una cena romántica.

Primero fue a la sección hecha exclusivamente para adornos de esta fecha. Tomó varias cosas, como unos globos de helio con forma de corazón, unas rosas artificiales, pétalos de rosa, unas velas aromáticas, una pancarta, entre otras cosas.

Después fue a la sección de frutas, verduras y por último carnes, en donde tomó todo lo necesario para preparar un delicioso Bibimbap.

Ya con todo listo, fue a la caja a pagar. Salió del supermercado con una gran cantidad de bolsas y se dirigió al estacionamiento. Cabe recalcar que su alfa hace tiempo lo había enseñado a conducir y le había obsequiado un auto, donde los primeros días SoonYoung se negaba rotundamente a aceptarlo, pero después de que su alfa le pidiera que por favor lo aceptara, lo hizo.

Metió todas las bolsas a la cajuela, se subió al coche y se dirigió a su hogar.

Cuando llegó, dio brinquitos emocionado, fue a la cocina, se colocó su mantel y su gorrito especial de chef que siempre utilizaba cuando cocinaba, y sin más puso manos a la obra.

Mientras unas cosas se cocían, se dedicó a decorar toda la casa con los adornitos que compró, y después de horas de arduo trabajo; cuando todo estuvo listo, ahora procedió a ponerse más bonito de lo que ya era.

Se dio un baño relajante, cuando terminó se puso sus cremas para tener una piel suavecita y luego se colocó un pantalón negro ajustado y en la parte superior una polera azul cielo unas tallas más grande de las que él debía usar, la polera le llegaba a los muslos.

Peino su cabello, se aplicó un poco de maquillaje en su rostro y perfume en su cuerpo, y por último se puso una boina blanca en su cabecita.

Se miró el espejo y sonrió por el resultado, él no era narcista ni nada de eso, pero admitía que era muy bonito. Bajó a la primera planta y se dispuso a esperar a su alfa.

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MingHao estaba camino a casa, hubiese llegado más temprano de no ser porque no tenía ni idea de que obsequiarle a su omega.

Al final se decidió por algo que para él era "sencillo". En el asiento del copiloto venía un ramo de rosas y una caja de chocolates, y en los asientos traseros yacía un oso de peluche de más de 1.60 metros de altura, incluso más grande que su omega.

Cuando llegó a su hogar, con uno de sus fuertes brazos tomó al gran oso de peluche, y con un poco de dificultad con la otra agarró el ramo y los chocolates.

Caminó muy difícilmente a su casa, y tocó el timbre. A los segundos de esto la puerta se abrió, dejando ver al omega más hermoso que los ojos del alfa hayan visto. Se quedó no supo cuánto tiempo viéndolo, pero una vez salió de su ensoñación, habló.

—Feliz día, amor de mi vida.

SoonYoung sonrió y quiso acercarse a abrazarlo de no ser por los obsequios que se lo impedían.

—¡Feliz día, Minggie! Te tengo una sorpresa—dijo entusiasmado.

—Bueno, bebé, mi sorpresa es esta, perdón si no es la gran cosa, sólo sabes que no soy muy creativo y de verdad no tenía idea de que obsequiarte.

El omega tomó entre sus brazos al oso de peluche, viéndose muy tierno puesto que el oso era más grande que él.

—Gracias Minggie, dame un minuto para dejar a este bebé grandote en la sala, no entres aún, quiero taparte los ojos.

Dicho y hecho el omega fue a dejar el oso en la sala, después regresó y tomó las rosas y los chocolates para llevarlos igualmente dentro de su hogar, no sin antes volver a agradecerle a su alfa por el detalle.

Tomó una tela de seda para vendarle los ojos a su novio y volvió con él.

—Bueno, Minggie, te voy a vendar tus ojitos ¿Listo? — y después de ver que el alfa asintió, procedió a colocarle la venda, teniendo que pararse de puntitas en el proceso para poder alcanzar a su novio.

Después, con mucho cuidado, empezó a ayudarlo a caminar hasta llegar al comedor donde yacía su bonita sorpresa.

—Quítate la venda, hyung— dijo.

El alfa en un santiamén retiro la venda de su rostro y sus ojos se enfocaron en la cena y decoración que estaban frente a él. Todo estaba muy lindo, desde la comida que se veía deliciosa, hasta los detalles de la decoración, que consistía en velas y pétalos de rosa por la mesa, y globos flotando en el techo con pequeñas notas colgadas donde la mayoría tenían escrito "Te amo".

Se giró hacia donde estaba su omega y lo abrazó con todas sus fuerzas, lo tomó por los muslos y lo alzó hasta que sus rostros quedaran a la misma altura y después lo besó.

Su hogar se empezaba a llenar de las feremonas de felicidad que ambos soltaban, sus lobos corriendo inquietos en su interior al estar con su alma destinada y sus aromas combinándose.

—Mmmm, Hao, la cena se enfriará— habló el omega después de unos minutos, separándose del beso.

—Tienes razón, vamos a cenar, el postre lo dejamos para después— dijo, dándole doble sentido a sus últimas palabras.

SoonYoung no entendió lo que su alfa quiso decir, quedo muy confundido con sus palabras ya que el no había preparado ningún postre, y MingHao sólo quiso reír al ver la carita confusa de su niño, sin duda era todo un inocente bebé.

Con el pasar de los minutos cenaron el delicioso Bibimbap, contándose como estuvo su día, o simplemente comiendo en un cómodo silencio, donde los que hablaban eran los latidos desenfrenados de sus corazónes.

Después de cenar y ordenar la mesa, bailaron y jugaron un poco.

Mientras jugaban, el alfa de imprevisto volvió a tomar el cuerpecito de su omega por los muslos y lo llevó a la habitación, donde minutos después, SoonYoung entendió a lo que MingHao se refería cuando dijo que "Dejaría el postre para después".

Ambos disfrutaron su día de San Valentín, pero sin duda lo que más disfrutaron fue de sus cuerpos volviéndose uno solo.

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𝗜𝗻𝗼𝗰𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗕𝗲𝗯𝗲  ୨୧  𝖧𝖺𝗈𝖲𝗈𝗈𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora