Academia de vampiros

Malentendido

Alex, Natalia, Alex, Natalia, es lo único que me repito cada vez que los veo juntos, hace unos tres días que veo a Natalia juntó de Alex, cada vez que la veo siento ganas de quemarla viva.
-hola guapo-escucho a la rubia mientras entra al aula, Alex no le dice nada y sólo le sonríe, siempre me siento al lado de el y siempre Natalia le quita el lugar a la chica de al lado pero esta vez no estaba sentada una chica si no uno de los amigos de Alex, Max el más chistoso de todos sus amigos, a sí que Natalia se dirigió hacia mi.
-quítate-me ordeno.
-mmm, déjame pensarlo, no- respondí poniéndome las manos en la nuca, Alex volteo a vernos.
-te dije que te quites-repitió la rubia- o .....-antes de que lo dijera la interrumpí.
-¿o qué?-dije retándola.
-o te aplastare con una roca- dijo tratando de sonar amenazadora.
-enserio??-dije riéndome, en ese momento entro el profesor, pero ella no fue a buscar otro lugar.
Cuando vi que Natalia ya no me estaba poniendo atención, mire lo que ella miraba, y me arrepentí de haberlo hecho, vi como Alex le guiñaba el ojo a la rubia, idiota, me pare de mi lugar y salí del salón, y detrás mío escuche la risa de la chica.
Fui a mi lugar favorito, a lo más alto del castillo, me senté en la orilla y observe el bosque, los animales, el cielo, sentí el viento rozando mi cuerpo, perdí la noción del tiempo y cuando me di cuenta ya era descanso, debieron pasar como tres horas desde que me fui, decidí esperar a que Alex y sus amigos subieran porque siempre en receso venían a este lugar, pero sólo subieron sus amigos y no vi a Alex.
-¿dónde esta Alex?-le pregunte a Lucas.
-dijo que iba a caminar-respondió.
Voltee a ver de nuevo todo, y mi vista se detuvo en el bosque, observe como Alex y Natalia se dirigían juntos al bosque, el lugar donde el y yo nos habíamos besado, decidí seguirlos, así que me deje caer y aterrice en un árbol, los seguí silenciosamente hasta llegar al fondo del bosque los perdí por unos minutos y cuando los volví a localizar los vi besándose, la ira me recorrió, mis ojos se llenaron de lágrimas, no pude evitarlo y salí corriendo, no me importaba que supieran que los estaba espiando, era una completa idiota al haberme enamorado de el, el era un Playboy y me deje llevar por su encanto y su actitud, yo tenía razón desde un principio:
"El amor no existe"