El camino al apartamento nunca se le había hecho tan largo. Decidió caminar, en vez de coger el transporte público, porque creyó que le vendría bien el aire fresco para organizar la cabeza y decidir como iba a estructurar la información para explicársela bien a Chiara.
No pudo evitar la sonrisa al pensar en el nombre de su chica.
Las dos se conocieron en los castings de Operación Triunfo y conectaron al momento. Pasaron muchísimas horas juntas entre fase y fase, compartiendo hoteles y volviéndose cada vez más cercanas. Violeta sintió la química desde el primer momento, pero como en aquel entonces tenía novia, nunca se atrevió a ir más allá. Aunque las ganas la matasen, especialmente cuando cantaron juntas I Kissed A Girl en la penúltima prueba.
Pero, entonces, Chiara no llegó a la Gala 0. La medio inglesa se puso enferma y no superó el casting final, quedándose a las puertas de su sueño. Violeta pasó y entró en el concurso, llegando incluso a la final. No ganó, pero la academia fue una plataforma increíble para lanzar su carrera y llegar a donde estaba ahora. Siempre estaría agradecida por la oportunidad.
Sin embargo, no hubo un día en todo el tiempo de concurso en el que no se acordase de Chiara. Fue inevitable para ella pensar en como hubiese vivido la menorquina cada experiencia allí dentro. Cuál hubiese sido su clase favorita, qué hubiese merendado, dónde hubiese dormido, cuántas canciones habría compuesto en la sala del piano... Y, sobre todo, se preguntaba si hubiesen cantado juntas.
A veces, por las noches, le gustaba quedarse un ratito en la sala del piano de Manu y tocar canciones que Chiara le había enseñando en las noches de hotel compartidas. Algunas conocidas, otras creaciones propias. Sus compañeros le preguntaban si eran suyas, porque no las conocían y les parecían buenísimas. Ella siempre negaba sonrojada y decía que eran de una amiga, porque era la verdad, aunque se sentía tremendamente orgullosa de que la gente apreciase el talento de la chica tanto como lo hacía ella. Le hubiese gustado compartir con ella esos ratitos al piano y tener una semana con un baladón romántico en la que las dos pudiesen lucirse. Pero no pudo ser.
Al salir del concurso, la espiral del día a día de su nueva vida se apoderó de ella y su obsesión por la medio inglesa se fue difuminando, hasta que un día recibió un mensaje de Ruslana, su ex compañera y ganadora de su edición de OT.
Rusli: pon Antena 3
El whatsapp no ponía nada más y Rus no le contestó a su pregunta de por qué. Estaba cansadísima, llevaba dos meses de gira con su primer álbum y el hotel de Zaragoza en el que estaba alojada no era el más cómodo del mundo.
Pero le pudo la curiosidad.
Se tumbó en la cama y buscó el canal, sin muchas expectativas. Y, de pronto, esos ojos la estaban mirando de nuevo.
Se incorporó de inmediato y se quedó embobada escuchándola cantar. Dios, como la había echado de menos.
Chiara, su Chiara, estaba en medio del plató de La Voz, terminando una versión hipnótica del Hopelessly Devoted To You de Grease. Esa canción y esa versión que tantas y tantas veces le había susurrado en hoteles como ese en el que estaba ahora, abrazadas en una cama de 90 y cantándose la una a la otra hasta quedarse dormidas.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo de arriba a abajo, perdida entre sus recuerdos y el presente. La morena acabó de cantar y sonreía tímida ante las valoraciones de los jueces, de las que Violeta no escuchó ni una palabra, pero intuía que eran buenísimas porque todos la miraban con cara de admiración. No se enteró de nada más.
Buscó su nombre en redes sociales y la stalkeó en todos sus perfiles. Estuvo horas viendo tiktoks de covers y canciones originales y se perdió en su Instagram, apreciando sus ojos, su sonrisa y poniéndose al día de lo que había sido su vida en el último año. Cuando la batería de su móvil se consumió hasta apagarlo, le dolían los mofletes de tanto sonreír.
Era la primera vez, desde que había empezado toda esa locura post OT, que se dormía con esa sensación de felicidad.
Al día siguiente le había escrito un dm y el resto era historia. Ahora mismo, llevaban algo más de un año juntas, seis meses compartiendo piso y muchas, muchísimas canciones en común.
Chiara era la luz que la impulsaba a salir de sus peores momentos, cuando los haters se cebaban con ella en redes o cuando sus álbumes no terminaban de funcionar, como el último que había lanzado. Ella era su refugio, su lugar seguro, su hogar.
Antes de ella había estado con otras personas, por supuesto. Su única relación comparable a la que tenía con la menorquina era la que había tenido al entrar en OT, pero el cambio de vida y la experiencia habían acabado con ella. Después, en la academia tuvo un pequeño affaire con una compañera, pero nunca llegó a más porque ella le pedía más de lo que Violeta estaba dispuesta a dar -porque acababa de terminar con su novia y porque no podía sacarse a cierta compañera de casting de la cabeza-. Tras eso, nada. Su carrera había centrado toda su atención hasta que Rus le envió aquel Whatsapp.
Entre pensamiento y pensamiento llegó a su portal. Sacó las llaves y giró la cerradura. Sonrió de oreja a oreja y entró. Tenía buenas noticias que dar y esperaba que fuesen bien recibidas.
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Against the world
FanfictionVioleta y Chiara se conocen en los castings de Operación Triunfo y conectan al instante. Casi tres años después, una está en lo más alto de su carrera mientras que la otra sigue intentando triunfar en la música. En un momento determinado, se les pr...