Against the world

15.

2030.

Sentía la respiración descontrolada y las pulsaciones a mil. Llevaba ya casi seis años subida a los escenarios, pero no se acostumbraba al chute de adrenalina que suponía cada concierto. Los gritos de la gente, el calor, los aplausos, el cariño. Escuchar a miles de personas vibrar al ritmo de su música, dejándose el alma cantando sus canciones, identificándose con sus letras más personales, compartiendo su historia.

Siempre había pensado que vivir de la música era un sueño, pero ni ella misma se había atrevido nunca a soñar tan alto.

Cerró los ojos, abrió los brazos e hizo una reverencia hacia las casi 20 mil personas que abarrotaban el Palau Sant Jordi. Inspiró hondo mientras se levantaba y no pudo evitar que las lágrimas le nublasen un poco la visión, perdiendo la perspectiva de la realidad por un instante. Volvió a coger aire profundamente para estabilizar el torbellino de emociones que sentía por dentro y dedicó su sonrisa más sincera a toda la gente que la acompañaba aquella noche.

Era la primera vez que actuaba ante tantísimo público y, pese a que el show estaba llegando al final, todavía no podía creérselo.

Miró a un par de músicos de la banda y compartió con ellos unas sonrisas cómplices, conscientes de todo lo que habían recorrido juntos. De lo poco a poco a poco que había ido el camino y lo alto que estaban llegando. Esa noche cerraba su segunda gira nacional, la que había acompañado a su tercer trabajo de estudio, y todo el equipo tenía en mente lo especial que estaba siendo.

Caminó hacia el piano y se sentó en él, centrándose por un instante en el tacto frío de las teclas bajo su piel. Se tranquilizó de inmediato. Sus dedos vagaron libremente sobre el teclado, formando melodías aleatorias y creando una banda sonora improvisada para el momento que estaba por venir. Tocar la ayudaba a centrarse y a mantener los pies en la tierra, aunque fuese delante de tantísimas personas.

- Antes de nada… - Comenzó a decir, sin dejar de tocar. -  Me gustaría agradeceros a todas y todos que estéis aquí. Significa mucho para mí y estoy muy feliz de compartir mi música con vosotros y de que seáis parte de mi historia.

La gente se volvió loca y un ensordecedor grito al unísono retumbó en el recinto. Chiara sonrió orgullosa.

- Hoy cerramos la gira de este álbum que me ha hecho tanta ilusión compartir con vosotros. Y es una noche muy, muy especial. - Su sonrisa inocente se tornó desafiante. - Por eso tengo una última sorpresa para vosotras.

El público gritó de nuevo, en otra ola de delirio colectivo. La británica se tomó su tiempo para empaparse de las sensaciones que invadían el ambiente antes de continuar.

- Hace seis años me llegó una propuesta. - Explicó, todavía improvisando sobre el piano. - Yo llevaba mucho tiempo peleando por hacerme un hueco en la industria y por ganarme una oportunidad, pero no se me daba. Hasta que alguien lo arriesgó todo y apostó por mi talento, creyendo plenamente en mí.

Los fans subieron los decibelios, empezando a entender por dónde iban los tiros. La menorquina sonrió de oreja a oreja.

- Al principio tuve miedo y dudas, porque yo no era capaz de verme de la misma manera en la que me miraban sus ojos…. - Hizo una pausa para generar cierto hype. - Pero supongo que nunca fui buena diciéndole que no a mi novia.

El suelo del escenario tembló ligeramente del ruido que se había generado. Desde aquella noche en la que Against the world salió al mundo, su vida había cambiado por completo.

Profesionalmente, se ganó la oportunidad de buscar su sitio en el mercado un poco más mainstream y encontró un hueco en lo que siempre quiso hacer: el pop-rock. Y a nivel personal, su relación con Violeta fue muy bien acogida en líneas generales. Claro que había habido malos comentarios y hate y claro que lo seguía habiendo a veces, pero en general todo mundo se alegraba por ellas. Incluso tenían hashtags propios donde sus fans subían solo contenido relacionado con ellas, como una especie de safe place para compartir su admiración por las dos.