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De camino al apartamento, el silencio fue el gran protagonista. Chiara conducía centrada en la carretera, mientras que Violeta miraba por la ventana sin saber bien que decir. Las luces de la ciudad iban difuminándose a su paso y dejando atrás, poco a poco, la incomodidad del último momento junto a la otra granadina.

Chiara no era celosa, ni desconfiada, ni nada de eso. Confiaba en ella cien por cien y se lo había demostrado siempre, pero aun así Violeta se había sentido extraña. Nunca habían coincidido con su ex -si es que se le podía considerar así a Salma-, pero no sabía como podía haberle afectado el encuentro a Chiara. El hecho de que además, ellas dos se conociesen y Salma tuviese una ligera idea de su cercanía previa al concurso, hacían la situación mucho más compleja.

- Kiki, yo no... – Empezó la pelirroja.

- No hace falta que te excuses, Vivi. - Interrumpió la británica. - En serio que no pasa nada.

Violeta sintió como los ojos se le llenaban de lágrimas. Era un detalle tontísimo, pero estaba tan cansada y quería tanto a la persona que iba a su lado, que tuvo ganas de explotar y soltarlo todo.

Sintió como una lágrima traicionera rodaba por su mejilla pero, antes de poder reaccionar, el pulgar de Chiara acarició su piel, secándola. Se miraron aprovechando un semáforo en rojo y la morena le sonrió.

- Es normal que coincidáis en este tipo de cosas. - Comentó, mientras arrancaba el coche de nuevo. - Pero sabes que a mí no me molesta. Yo me fío de ti cien por cien, siempre.

Violeta acarició la mano que Chiara llevaba en la palanca de marchas y entrelazó sus dedos, jugando con los anillos de la más joven.

- Yo nunca la quise. - Susurró, sin atreverse a levantar la voz. Sus ojos estaban clavados en las manos unidas en el centro del coche, porque si levantaba la mirada no iba a ser capaz de continuar hablando. - En plan romántico, me refiero. - Aclaró.

- No hace falta que me des explicaciones. - Replicó Chiara en un tono igual de suave, adaptándose al momento. - Esa historia es pasado y no afecta en nada a lo que tenemos ahora mismo.

La gente pensaba que Chiara era infantil e inmadura. A veces incluso creían que era un poco tonta e inocente, porque desprendía un aire despreocupado y puro difícil de encontrar en la gente adulta. Pero la británica era muy madura para su edad. Tenía la cabeza súper bien amueblada y las cosas muy claras. La pelirroja llevaba más de un año saliendo con ella y todavía seguía sorprendiéndose de la empatía y la inteligencia emocional que desprendía, sobre todo en situaciones como esta.

- Ya sé que no tengo que explicarte nada. - Continuó después de una pausa para reorganizar sus pensamientos. - Pero siento que te lo debo.

Chiara apretó los dientes y reforzó su agarre sobre el volante con la mano que le quedaba libre. Era cierto que no sentía que Violeta le debiese nada, pero también tenía que reconocer que descubrir que habían estado juntas, después del 'casi algo' que había tenido con ella en los castings, le había hecho el corazón pedazos en aquel momento. Era una herida pendiente de cerrar.

La menorquina permaneció en silencio, dejando que su novia marcase el ritmo de la conversación, y esperó paciente a que Violeta estuviese preparada para hablar.

- Dentro de esa academia todo se vive intensamente. - La pelirroja soltó una carcajada nerviosa después de la frase tan lamentable que había escogido para empezar. - Ya sé que todos te lo hemos dicho mil veces y que te lo imaginas, pero es verdad. - Hizo una pausa, tratando de reconducir su cabeza. - Yo acaba de dejarlo con mi novia de fuera y no podía dejar de pensar en ti, en cómo sería compartir esa experiencia a tu lado después de todos los planes que habíamos hecho los meses anteriores. - Chiara apretó su mano y esbozó una sonrisa. - Martin se fue a dormir con Juanjo después de la gala 1, Ruslana se pasaba los días pegada a Omar... Y yo me sentía un poco dejada de lado porque tú no estabas allí conmigo.

Against the worldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora