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La idea estaba clara: querían sacar un tema conjunto y rodar un videoclip juntas. Hasta ahí, todo habían sido buenas palabras y okeys.

El problema vino al profundizar en la idea: la canción era romántica, claramente inspirada en su historia, con partes donde se cantaban la una a la otra y querían protagonizar el videoclip y que reflejase su relación.

Su equipo no lo veía claro, porque pensaban que exponerse de esta manera podía perjudicarlas. Tanto a nivel profesional como personal. Pero ellas estaban cansadas de mantenerlo en secreto. Estaban hartas de no poder subir cosas a redes libremente, de no poder comentarse, de tener que ir a los conciertos de la otra camufladas en el backstage.

Querían una relación normal y corriente, como cualquier otros artistas en la industria.

Y, además, era una buena oportunidad musical para las dos. Violeta había perdido un poco de fuelle con su segundo proyecto, en el que nunca terminó de sentirse del todo cómoda, pero seguía siendo una de las artistas más populares del momento aprovechando la ola post concurso. Y Chiara no terminaba de despegar en el mainstream, pero era una de las tiktokers más seguidas del país por su contenido musical en redes.

Su canción en común suponía que Violeta recuperase la ilusión y volviese a impulsar su carrera, mientras que Chiara tendría su oportunidad de ganarse por fin una oportunidad real en la industria. Un win-win de manual.

- Entonces... ¿nos dan el ok? - preguntó Chiara de nuevo, conteniendo la sonrisa.

Violeta le sonrió, con hoyuelos incluidos, y la abrazó fuerte.

- Yes, baby! We're going to do it! - Exclamó en inglés, provocando la carcajada de su novia.

- I can't fucking believe it – susurró Chiara entre sus brazos, impactada por la noticia.

La granadina la estrujó un poco más e inhalo fuerte. Le encantaba la colonia de la inglesa, su aroma natural, el champú que utilizaba... Todo. Era su paraíso particular, su olor favorito en el mundo.

Permanecieron abrazadas un ratito más, embriagadas la una con la otra, disfrutando del momento. Cuando estaban solas en casa parecía que el tiempo se detenía por un instante, que nada más importaba.

- Es increíble – insistió Chiara mientras se separaban.

Le brillaban los ojos de la emoción y Violeta podía jurar que estaba al borde de las lágrimas. Le acarició una mejilla y se sonrieron embobadas durante unos segundos.

- I love you – murmuró la andaluza.

Las mejillas de la morena se sonrojaron con ese tono de rosa que tanto le favorecía y Violeta no tuvo más remedio que agrandar un poco más su sonrisa.

- No me hables en inglés cuando estamos así. - Comentó Chiara tímidamente.

- ¿Por qué? - Insistió la pelirroja, que sabía perfectamente la respuesta, pero que se derretía cada vez que la escuchaba de sus labios favoritos.

Chiara la miró a los ojos en un acto de valentía y se mordió el labio, consciente del juego al que estaba jugando Violeta. Se acercó a su boca, rodeándola con sus brazos y acercando sus cuerpos lentamente y, cuando sus respiraciones se entremezclaron y ya no pudo distinguir cual era de cada una, le respondió.

- Porque sabes que me vuelve completamente loca. - Susurró con una voz un poco más grave de lo habitual, fruto del momento y de todo lo que su chica le estaba haciendo sentir.

Violeta hizo entonces lo que mejor sabía hacer: bajar la mirada hasta sus labios.

Una.

Dos.

Tres veces.

Y a la cuarta, ya no se resistió más.

La besó con ganas, fundiéndose con ella, queriendo transmitirle todo el orgullo, la pasión y el amor que sentía en ese momento en un solo gesto.

Chiara respondió, entendiendo su mensaje y dejándose llevar, flotando con la sensación de felicidad y electricidad que la recorría de arriba a abajo cada vez que la pelirroja le demostraba esa devoción. A veces, mientras la besaba, tenía que abrir los ojos un instante pare decirse a si misma que era real, que esta era su vida y que estaba ocurriendo de verdad.

Se separaron en busca de aire, pero continuaron abrazadas en el sofá. Cuando estaban juntas, sentían la necesidad de estar en contacto físico casi todo el tiempo. Sus amigos las vacilaban y les decían que eran como lapas, pero ellas argumentaban que sus agendas las mantenían demasiado tiempo separadas como para no aprovechar las ocasiones que tenían.

- No me creo que vayamos a hacerlo. - Dijo Chiara de nuevo.

- Ni yo. - Confesó la andaluza, que tampoco había terminado de procesar del todo la información. - ¿Sabes cuánto tiempo llevo soñando con este momento? - Le preguntó.

La británica sonrió, apretándose contra su cuerpo.

- ¿Desde que entraste en Operación Triunfo? - Cuestionó, aunque conocía la respuesta.

Violeta le apartó un mechón de pelo de la cara y la miró, feliz.

- Desde antes. - Replicó. Chiara sonrió en grande y sus ojos se achinaron, haciendo que la pelirroja se muriese por dentro. Le dio un beso en la nariz, porque podía y porque tenía entre sus brazos a un ser adorable, y continuó hablando. - Desde que cantamos Katy Perry en los castings. Desde que ensayamos toda esa semana. Desde que empezamos a compartir habitación de hotel y a montarnos conciertos privados. - Hizo una pausa para que Chiara la mirase. - Desde que te vi por primera vez.

La morena se rió y se separó de ella, rodando los ojos.

- Exagerada. - Comentó, aunque el rubor de sus mejillas la delataba.

- Bueno, es verdad. - Concedió Violeta. - Igual no tanto. - Chiara la miró con expectación. - Pero si que desde la primera vez que te escuché cantar. Es que recuerdo que me quedé sin palabras. Tu voz es... Uf, no sabría describírtela con palabras. - La menorquina volvió a acomodarse en su pecho. - Eres súper especial, Kiki. Te escuché y supe que quería cantar contigo al momento. Sentí esa conexión.

Chiara echó la vista atrás y pensó en aquel momento.

- Yo también. - Confesó.- Me encantó tu voz desde el minuto uno. Me transmite tantas cosas... Eres increíble, Vivi. - Recalcó el apodo que sabía que a la otra le encantaba. - Como persona y como artista.

La británica dejó un beso en el cuello de la andaluza, que fue lo que encontró más cerca. A Violeta la recorrió un escalofrío por la espalda.

- Vamos a hacerlo. - Apuntó.

Chiara sonrió y la besó de nuevo.

- Vamos a hacerlo.

Against the worldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora