Lo que hay detrás

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La morena estaba en shock y solo podía sonreír.

Como diga algo seguro la cago pensaba.

¿No sabrá quién soy? Decía el rolo para sus adentros, para él todo iba acorde al plan.

- ¿Ustedes se conocían ya? - rompe el silencio Don Martín.

- ¡No, no! - aclaran ambos al mismo tiempo.

- Pues mejor, así podemos conocernos los tres - dijo el abuelo con entusiasmo.

Nia retoma su lugar y Martín procede a sentarse del otro lado de su tocayo.

- Entonces... ¿A qué se dedican? - les pregunta el señor.

Martín se queda en silencio y sus mejillas se tornan rojas mientras finge estar muy ocupado en su adorno, así que Nia se adelanta en responder.

- Yo soy psicóloga, pero realmente me dedico a otras cosas... Tengo mi propio café, por ejemplo.

- ¿Ah sí? ¿Como uno de estos cafés de jóvenes excéntricos donde pintan la leche de colores y eso?

Martín y Nia se ríen y sus miradas se encuentran por unos segundos, pero ella la aparta rápidamente por los nervios.

- No exactamente, es más bien algo tradicional. Aunque pintar los lattes suena como una buena idea - se ríe - Pero haremos un karaoke pronto.

- ¿Temático? - se atreve a preguntar Martín.

Nia siente el rubor subirle hasta las orejas.

- Eh, sí, pero no sabemos aún de qué - mintió.

- Seguro encontrarán un tema - interviene el señor canoso - ¿Y tú a qué te dedicas Martín Junior?

Él titubea unos segundos hasta que logra responder.

- Hago varias cosas, me gusta la música, la moda, intenté estudiar medicina pero descubrí que no era lo mío - se ríe por lo bajo ante su recuerdo.

- ¡Eso es maravilloso! Siempre he creído que uno debe dedicarse a aquello que ama. Me alegra que los dos encontraran su verdadero camino ¿Y cantas reguetón y esas cosas nuevas? - retoma Don Martín.

Nia se dedica a observar la interacción en silencio mientras le pega a algunos papelitos brillantes a su esfera.

- De hecho no canto, soy baterista - dice Martín entre risas - Pero sí me gusta un montón la música urbana.

- ¡Ahhh, tocas la batería! Esos le gustan un montón a las chicas hoy en día ¿Verdad que sí? - pregunta en dirección a la morena cuyos ojos se abren ante lo inesperado de la pregunta.

Señor este hombre ha estado en mis sueños más locos, no me pregunte esas cosas es lo que quiere responder.

- Pues eso creo... Son una gente con ritmo y con una vibra diferente, como que se hacen uno solo con su instrumento. No digo que el resto de los músicos no, pero el baterista es básicamente quien guía al resto y esa emoción del conteo antes de cada canción es algo que no te da otro instrumento. Ay perdón ¿Me extendí mucho? - pregunta con vergüenza sin darse cuenta de que los ojos café del Martín más joven parecen chispear al escucharla hablar de eso que él ama y que no está intrínsecamente ligado a él esta vez.

- Definitivamente tienes un don para encontrar la magia en los lugares más inesperados Nia - es lo que responde él con una sonrisa - ¡Pero sí total! Ahora que lo dices así me siento Travis Barker - comenta ya riéndose y los otros dos lo siguen en su risa.

- En mi época los guitarristas éramos más famosos - dice Don Martín con un suspiro fingido - Ahora resulta que estos niños ruidosos son los que ganan el corazón de chicas como tú - le dice a Nia y ella baja la mirada al sentir el calor en sus mejillas nuevamente.

Una Carta de Navidad ~ Martín Vargas (Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora