♡ : CAPÍTULO XXI

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Jeongin y Hyunjin volvieron abatidos del hospital, era muy pronto para hacer una prueba de sangre.

Jeongin debía de tener al menos un mes de embarazo y el Omega temblaba un poco, bastante nervioso, tendría que esperar dos o tres semanas para estar seguros si en realidad estaba en estado.

Constantemente se arrimaba al Alfa en el camino de regreso, Hyunjin se iría ese mismo día a Daegu, y probablemente no lo vería en una semana. ¿Cómo podría seguir con su vida normal, si ya se había acostumbrado nuevamente a la presencia del Alfa?

Al llegar a casa, Félix les esperaba con chocolate caliente y un animado Yeonjun que daba pasos torpes por toda la casa y rompía en risa cuando caía sentado en el suelo. Hyunjin fue el primero en tomarlo en brazos, dejando muchos besos en sus mejillas suaves, y respirando profundo para llenarse de su aroma y sentirlo cerca el tiempo que no estaría con él. El cachorro se dejaba hacer, sosteniéndose con sus manitas de los anchos hombros de su padre, sin tener idea que eso era una pequeña despedida.

Jeongin le esperó paciente en la puerta, un ligero puchero y sus ojos tristes, pero esperanzados de volver a verlo pronto.

Fue rodeado por los brazos cálidos de Hyunjin, rápidamente se colgó de su cuello y apoyó la mejilla en su hombro. Sintió besos en su cabello, en su cien, y luego en sus mejillas, y soltó un quejido cuando los dientes del Alfa tomaron un pedazo de piel, mordiendo suavemente.

— No hagas eso — Dio un manotón a su hombro, separándose sin romper el agarre.

— Tus mejillas son tan bonitas — Hyunjin besó repetidas veces ambas mejillas. — Quiero besarlas toda mi vida.

— Te vamos a extrañar mucho — Jeongin juntó sus frentes, haciendo un tierno puchero que Hyunjin no dudó en besar.

— En una semana estaré con ustedes y esta vez no nos separará nada — Besó dulcemente sus labios, alargando el momento de despedirse.

— Te amo — El Omega suspiró enamorado sobre sus labios. — Te amo mucho.

— Te amo mucho más, mi Omega bonito.

Y así fue como Jeongin le vio irse, unas pequeñas lágrimas picando en sus ojos, se regañó porque sabía que vería tan pronto al Alfa y estaba siendo un exagerado.

Lo vería, ¿verdad?

Jeongin estaba jodidamente fastidiado, su Omega le había molestado desde el domingo que su Alfa se fue, hasta ese día, lo sentía ansioso, y cada vez que Hyunjin llamaba se portaba de una manera tonta, necesitada.

Revisó unas veinte veces el calendario de su celo, pero este le indicaba que faltaba al menos un par de semanas para que empiece. No negaría que sentía como si fuera a entrar en celo en cualquier momento, extrañaba las manos de su Alfa sobre su cuerpo, tan solo su voz le erizaba la piel y se encontraba gimiendo inconscientemente cuando se rozaba la mordida con la punta de sus dedos.

Una ventaja de que ahora Yeonjun prácticamente caminara, era que de a poco se volvía independiente, bajaba de su cama, bajaba las escaleras, si quería un juguete que se encontraba lejos, lo conseguía por su propia cuenta. Félix también había sido de mucha ayuda en esos días, y Jeongin estaba muy agradecido de tenerlo consigo.

Pero había algo que hacía que Jeongin respirara aliviado, si estaba por entrar en celo significaba una cosa muy simple: no estaba en estado. Una risa tonta salió de sus labios, porque, si no estaba embarazado, luego del celo era lo más probable que pasara.

Hundió su rostro entre sus manos, soltando un suspiro frustrado, quería llorar de lo ofuscado que se sentía, la Universidad cada vez se volvía más exigente, debía presentar un proyecto el siguiente lunes y solo tenía cuatro días para hacerlo perfecto, extrañaba con locura a Hyunjin y sus ojitos brillantes.

Yeonjun había reemplazado su camisa por una bufanda que el Alfa olvidó en su casa, y ahora dormía todas las noches con el pedazo de tela cerca de su naricita.

Su celular vibró sobre su cama, arrastró la silla del escritorio a velocidad increíble mientras agarraba el celular en su mano, caminó hasta la puerta, echándole seguro y volvió para acostarse sobre el colchón.

[+18]

— Hyunjinnie.

— Mi amor. ¿Cómo estás?

Y ahí estaba nuevamente esa corriente en su espalda que lo hacía arquearse ligeramente, mordió su labio para evitar que cualquier sonido indecente saliera de su boca.

— Bien...

— ¿Estás bien, cielo?

— Si... — Sin poder evitarlo un gemido suave se escapó de su boca cuando su mano había ido a dar en su pantalón.

— Jeongin... — El gruñido del Alfa le hizo cerrar los ojos. — Háblame.

— Alfa... Te necesito, por favor, por favor.

Dejó el celular de lado para sacar sus pantalones en un forcejeo. Volvió a pegar el celular a su oído con sus manos temblorosas.

— ¿Te has sacado la ropa? ¿Estás desnudo solo para tu Alfa, cariño?

Mordió su labio inferior, rozó con su mano la dolorosa erección que tenía entre sus piernas y sentía cómo iba lubricándose su entrada debido a la excitación.

— Uhmmm, Hyunjinnie — Bombeaba su miembro con una lentitud tortuosa, si el Alfa estaba igual que él, probablemente también estaba tocándose, su imaginación le hizo aumentar el ritmo de su mano.

— ¿Me necesitas? ¿Quieres que esté dentro de ti mientras te follo duro, cariño?

Las palabras sucias del Alfa le estaban llevando a gemir más agudo, una ligera capa de sudor cubría su frente y sus labios entreabiertos. Había abierto un poco las piernas, sintiéndose tan vacío de repente.

— Ponte de rodillas y asienta tu cabeza en el colchón.

Rápidamente, Jeongin dejó de atender su miembro para hacer lo que el Alfa le pedía, su cuerpo hervía, se sentía atrevido de hacer cosas como esas por llamada con Hyunjin, pero no podía controlar sus movimientos y tampoco es que la pasara mal. Puso el celular en altavoz a un lado de su cabeza para escuchar mejor.

— Chupa tus dedos, bebé — Llevó dos dedos a sus labios, moviendo su lengua sobre ellos y dejándolos húmedos por su saliva. — Llévalos a tu entrada y mételos.

Abrió más las piernas y llevó su brazo hacia atrás para que su mano quedara a la altura de su trasero, metió dos dedos en su entrada, soltando un quejido de dolor, que pronto se convirtió en un gemido de placer.

— Tócate, cariño. Tócate como te tocaría tu Alfa.

Hyunjin tampoco se escuchaba bien, su voz ronca y entrecortada le dejaba saber a Jeongin que también estaba tan prendido como él, y por la fuerza de su lazo, sus sensaciones y placer compartidos eran más intensos.

Jeongin empezó a meter y sacar sus dedos, sintiendo como su cuerpo temblaba de puro gusto, mientras oía los gemidos roncos de su Alfa. Intentaba no hacer mucho ruido porque en la planta baja se encontraba su hijo con Félix. Pero eso no impidió que hundiera su rostro en una almohada, gimiendo como si estuviera en celo.

Cuando sintió como el calor se acumulaba en su vientre, aumentó el ritmo de sus dedos y metió uno más. Eso no se comparaba con tener el miembro grande de su pareja dentro, pero era algo, y podía aguantar hasta el siguiente día que llegaba.

— Hyunjinnie... Alfa, no aguanto.

— Córrete, bebé. Tu Alfa quiere oírte.

Sus palabras lo llevaron al borde, su orgasmo lo golpeó fuerte, haciendo que sus piernas temblaran y cayera por completo al colchón, manchando las sábanas, gimiendo con unas pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos. Se acostó boca arriba con una sonrisa satisfecha en sus labios.

[NO +18]

— Te amo.

Una risa se oyó del otro lado de la línea, sus mejillas estaban rojas, todo su cuerpo sudado y sus labios hinchados de tanto morderlos.

— Te amo. Muero por verte, Innie.

— No tardes en venir, amor

I still want you ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora