♡ : CAPÍTULO VII

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Cuando Jeongin bajó de la habitación, con el dolor en todo su cuerpo, vio a Hyunjin parado frente a la pared de fotos con una en especial en sus manos. Una en donde se veía al Omega sostener entre sus brazos al pequeño Alfa mientras este chupaba un pedazo de sandía. Jeongin se veía feliz en esa foto.

Jeongin no quería que así fuera la primera conversación que tuviera con Hyunjin. Ahora sabía la historia que le contó su madre, pero ¿no era eso más llevadero para decirle que se fue porque tenía miedo?

— A Yeonjun le gusta mucho la sandía — soltó en voz baja, estando parado en el último escalón. No iba a acercarse más, se sentía muy débil y no le parecía buena idea.

Vio al Alfa asentir ante sus palabras, este volvió a colgar la foto con una pequeña pinza, se dio la vuelta y caminó hacia la puerta.

— ¿No estás aquí en las mañanas? Esas serán las horas que vendré a ver a mi hijo... no quiero molestarte con mi presencia.

— Hyunjinnie... — intentó hablarle, pero, al segundo, fue interrumpido.

— Por favor — se detuvo, con una mano sosteniendo fuertemente del picaporte, sus hombros caídos en resignación. — No me... no me alejes de mi cachorro otra vez.

Jeongin pudo oír el dolor en la voz de Alfa. Al momento en que sus miradas se encontraron, sintió su corazón estrujarse, y poco le importaba si Hyunjin pudo haber visto reflejado el ruego y anhelo en sus ojos, tan solo agachó su rostro cuando supo que iba a echarse a llorar nuevamente. Jeongin estaba tan vulnerable, su guardia había bajado por completo, y se rendiría ante el Alfa si eso quería el otro.

— Hasta mañana, Jeongin.

El menor cayó de rodillas al suelo en cuanto la puerta fue cerrada; con el rostro enterrado en sus manos, lloró desconsoladamente.

Su Alfa lo odiaba, y era su culpa. Hyunjin ya no sentía nada por él, y eso le dolía en el alma. Su Omega aullaba desolado, porque Hyunjin se alejaba de él por cada segundo que pasaba.

Subió a tropezones hasta su habitación y se arrodilló en la orilla de la cama, lágrimas aún cayendo por sus mejillas mientras veía a su cachorro dormir. Jeongin sabía que Yeonjun amaba la voz de Hyunjin desde que estaba en su vientre, sus patadas constantes eran la prueba de felicidad cuando su Alfa le cantaba y pasaba sus manos amorosas por su vientre.

Su bebé ya había reconocido a su padre.

Despertó a Yeonjun un par de horas después para darle el almuerzo. Los grandes ojos de su hijo destellaban un singular brillo, también lucía más risueño de lo que ya era, aplaudiendo cada vez que Jeongin le metía una cucharada de sopa a la boca, y eso le estaba asustando.

Yeonjun odiaba la sopa.

— ¿Estás feliz por qué viste a papá? ¿Es eso, mi amor? — sonrió, encantado al ver a su cachorro reír con emoción —. Mañana volverás a verlo, y tal vez papi no vaya a la Universidad.

Yeonjun gateó durante toda la tarde, persiguiendo al peludo Hobak, y solo a veces volvía a ver la puerta de entrada cada cierto tiempo.

Jeongin imaginó que su hijo quería que el Alfa apareciera otra vez. Suspiró, tirando su cabeza hacia atrás cuando se sentó en el sofá. Pensaba faltar a clases al siguiente día, si Hyunjin empezaría a frecuentar la casa, él debía explicarle ciertas cosas acerca de su hijo y entablarle algunas reglas, tampoco es que Yeonjun fuera solo hijo del mayor.

— ¿Me estás diciendo que peleaste con Hyunjin?

Chan estaba al teléfono mientras Jeongin terminaba de secar a su hijo para abrigarlo con un pijama y un abrigo extra. La temperatura en la noche bajaba drásticamente en ese tiempo, y no quería que su cachorro se resfriara por su descuido.

I still want you ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora