♡ : CAPÍTULO XI

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Comieron en un cómodo silencio lo que Félix cocinó, ambos suspirando por el rico sabor de la comida. Jeongin se sentía muy nervioso por lo que pasaría a continuación, pero no había marcha atrás, pues ya había dado un costoso paso adelante y no era momento de arrepentimientos.

Luego de que almorzaron, su bebé lloriqueó, avisándole a Jeongin que ya era momento de su siesta de la tarde, por lo que subió a su habitación con su hijo en brazos, siendo seguido por un Hyunjin de ojos brillantes y sonrisas grandes. Sentía una calidez en el pecho, y el sentimiento no era suyo, era lo embelesado que el Alfa se sentía y le transmitía a través del lazo que compartían.

El Omega se acostó de lado y flexionó un brazo, de modo que su codo sostenía el peso de su cabeza, su cachorro rápidamente buscó pegarse a su pecho cuando Jeongin levantó su camiseta para alimentarlo. Sentía la mirada de Hyunjin sobre su espalda y, segundos después, el mayor se acercó del otro lado, quedando de frente. Lo miró sentarse en el suelo, apoyando sus brazos en la cama para ver cómo el pequeño tomaba leche.

Hyunjin picó la barriguita de Yeonjun con su dedo índice, provocando risas en el bebé, que aún tenía apresado en sus labios el pezón del Omega.

— No lo distraigas, quiero que se duerma — Jeongin intentó apartar la mano ajena, sin embargo, no esperó que el Alfa entrelazara sus dedos. El agarre firme le indicaba que no iba a dejar que lo soltara.

Con su otra mano, siguió picando la barriga de Yeonjun juguetonamente, y aquello no hacía más que distraer al bebé, haciendo que intentará sentarse para jugar con su padre.

— Quieto, lobito. No es hora de jugar — Jeongin le dio una mirada reprochante a Hyunjin, quien se apartó lentamente con una sonrisa apenada.

— Lo siento — buscó la mano del Omega y la entrelazó con la suya nuevamente, recostando la cabeza de lado en el colchón para seguir viendo a su hijo.

Yeonjun tenía sus grandes ojos puestos en el rostro de Jeongin. Desde su nacimiento, siempre hacía eso, hasta que se quedaba dormido.

— Cántale.

Hyunjin levantó la cabeza de golpe, y el movimiento fue lo suficiente perceptible para llamar la atención de Yeonjun, pues intentó girar su cabecita, aún succionando el pezón de Jeongin, pero la mano del menor rápidamente lo mantuvo en su lugar.

— Cuando estaba muy inquieto en mi vientre, te oía cantar y se calmaba.

Jeongin sentía su rostro caliente, incapaz de mirar en qué estado estaba Hyunjin, y cerró los ojos cuando escuchó su serena voz barítono comenzar a entonar una melodía que se sabía de memoria.

"We were so beautiful"

"We were so tragic"

"No other magic... could ever compare"

Quería llorar. Aquella canción lo trasladaba a años atrás, cuando bailaba suavemente, envuelto en los brazos de su pareja mientras le cantaba al oído.

"For as long as I live and as long as I love"

"I will never not think about you"

Al abrir sus ojos, luego de unos minutos, vio a su cachorro succionar despacio de su pecho con los ojitos cerrados, besó su frente y se fijó en Hyunjin. El mayor ya no cantaba, solo miraba embelesado a Jeongin, quien le regaló una sonrisa, que hizo que sus ojos desaparecieran, luciendo muy tierno.

— Gracias — susurró.

Acomodó a Yeonjun boca abajo, cubriendo los marcos del colchón con almohadas pues, aunque el pequeño ya sabía bajar solo, no quería accidentes mientras durmiera. Yeonjun tenía días en donde era tan activo como Jeongin, y días en donde era tan flojo como Hyunjin; y Jeongin amaba cada estado de ánimo de su hijo.

I still want you ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora