♡ : CAPÍTULO II

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1 AÑO ATRÁS

Despertó sintiéndose drogado. De a poco logró recordar lo que estaba pasando.

Su Alfa estaba en otra habitación de aquel hospital, herido y sin poder despertar. De manera habitual, se llevó una mano al vientre, su inquieto cachorro haciéndose notar mediante las patadas que dio.

— Ya era hora que despertaras, vago de primera.

Jeongin se asustó al oír la voz de alguien, que conocía muy bien, dentro de la habitación. Giró un poco la cabeza, viendo a la Alfa sentada, como una monarca en una silla; su mirada era fría y mantenía una sonrisa burlona, que hacían que el cuerpo de Jeongin tiemble, y no de buena manera.

— Tú y yo necesitamos aclarar muchas cosas, Yang.

Hyunjin.

— Primero, ¿cuánto tiempo llevas con el mocoso dentro de tu barriga? ¿No es momento de tenerlo ya?

Jeongin gruñó al escucharla llamar a su hijo de esa manera, pero no pudo hacer más que intentar sentarse pues no tenía coordinación en sus extremidades. Tal vez estaba bajo el efecto de algún calmante. Rápidamente, también logró notar que la mujer llevaba la misma ropa de la noche del accidente de su pareja.

— ¿Cómo está Hyunjin?

La mirada fría de la Alfa se entristeció, Jeongin pudo oler la protección en su cuerpo. Esa mujer era muy cruel con las personas, pero, si se trataba de su familia, podía volverse una loba salvaje con tal de protegerlos.

Lamentablemente, él no era considerado parte de la familia, y sabía que su cachorro por nacer mucho menos.

— Mi hijo no despierta aún, ¿sabes lo que Hyunjin hacía antes que lo chocaran con el auto? — Jeongin negó como acto reflejo —. Compraba unas asquerosas flores para ti. Por tu culpa no fue directo a casa, porque paró a comprarte flores.

Los ojos del indefenso Omega se llenaron de lágrimas, su pecho dolía porque su lobo arañaba lastimero llamando a su Alfa. Jeongin le decía incontables veces a Hyunjin que debía ir solo a casa luego de trabajar, pues siempre lo extrañaba mucho, y su cachorrito deseaba oír su voz.

— Muchas veces le dije que ese estúpido Omega de supermercado no encajaba en su vida, pero es muy terco y terminó marcándote, hasta esperan un mocoso. Pero mamá siempre resolverá los problemas de sus rebeldes cachorros.

Jeongin pudo captar la indirecta en aquellas venenosas palabras y, esta vez, sí sintió miedo, no por él, sino por lo que ese monstruo podría hacerle a su hijo.

Logró sentarse en la cama, protegiendo su vientre con ambos brazos. Endureció su mirada, demostrando que no estaba dispuesto a dejarse intimidar.

— Quiero ver a mi Alfa.

La risa seca que soltó la señora Hwang no hizo más que incrementar sus nervios. Ella se levantó y fue hacia la puerta de la habitación, dejando pasar a dos enfermeras que venían con varias inyecciones en sus bolsillos, pastillas y sueros. Ambas Betas se colocaron a un lado de la Alfa, esperando órdenes.

— Vamos a hacer un trato, querido Jeongin — Comenzó diciendo lentamente, sus iris centellando maldad. El Omega se tensó en su lugar —. Estas enfermeras que ves aquí tienen órdenes de sacarte al mocoso que tienes en tu vientre, si no estás dispuesto a aceptar mi oferta.

Mierda.

— ¿Qué carajos quiere?

Una sonrisa muy parecida a la de Hyunjin se formó en el rostro de la mujer, ella arrastró la silla un poco más cerca de la cama donde Jeongin yacía, mirándolo recelosa.

I still want you ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora