♡ : CAPÍTULO IV

991 92 2
                                    


La puerta de la casa fue golpeada un par de veces.

Jeongin terminó de colocar el gorrito con orejas de oso en la cabeza de su hijo y el pequeño se quedó quieto, esperando a que esta vuelva a ser tocada. El Omega cargó a su cachorro en sus brazos, protegiendo la cabeza del pequeño con su mano, bajó las escaleras y caminó con cierto recelo hasta la puerta.

Al percibir un distintivo olor a Omega, su cuerpo se relajó rápidamente. Abrió la puerta, encontrándose con un joven de cabello negro ligeramente largo, una agradable sonrisa con hoyuelos y ojos brillantes.

Sabía de quién se trataba.

Su madre le propuso la idea de encontrar una o un Omega que cuidara de Yeonjun, ya que ella debía viajar a Incheon por un período de tiempo largo. Su abuelo se había enfermado, y su madre debía ir a cuidarlo.

— Hola. Mi nombre es Félix, pero puedes decirme Lix — se presentó, haciendo una pequeña inclinación.

Jeongin sonrió e imitó el gesto, su hijo estaba escondido en la curvatura de su cuello, pero igualmente miraba con grandes ojos a Félix.

— Hola, Lix. Me llamo Jeongin, ¿vienes por el puesto de niñero?

— Sí, Jiwon me dio la dirección.

— Adelante.

Entre charlas y cálidas tazas de té, Jeongin descubrió que Félix era un Omega de veinte años, estudiante nocturno de la Universidad. El mayor vivía con su padre en un pequeño departamento en el centro de Seúl, y necesitaba el trabajo porque quería ayudar en los gastos de la casa. También acordaron que Félix llegaría en las mañanas, antes de que el Omega menor tuviera que ir a la Universidad, y se iría en la tarde, unas horas antes de que él entrara a clases.

Naturalmente, Yeonjun se sintió cómodo con la nueva presencia en casa, y es que el mayor tenía un ligero olor a canela y algodón de azúcar. Aquello le beneficiaba, pues así no le pesaría tanto su ausencia.

Con paciencia, Jeongin le enseñó a Félix los hábitos de su cachorro. Tuvo que elogiar la manera rápida del niñero en aprender las cosas, a lo que el Omega le respondió que llevaba varios años cuidando de niños por fines de semana, y que ese sería el trabajo más extenso que tendría.

— Mañana debes venir antes de las siete y media de la mañana. Mi madre se ha ido ayer, por lo que estarás completamente solo con mi hijo — Félix asintió con emoción por empezar su trabajo. — A veces suele venir un Alfa, se llama Chan y es mi mejor amigo; no hay problema en que entre a casa, él no te molestará en lo absoluto — dijo, aunque sus ojos revisaban la lista que había creado en una aplicación de su celular. — También, necesitaré que me acompañes al supermercado a hacer las compras de la semana, por favor.

Ambos Omegas y el pequeño Alfa acordaron usar el auto de la señora Yang. Les tomó un total de dos horas realizar todas las compras, Jeongin estaba algo inquieto debido al lazo, y se estaba cansando del carácter asqueroso que su lobo había adoptado en ese tiempo.

Durante la semana, una vez más había pasado lo de la conexión entre su hijo y su padre. Esa vez fue más intenso y, luego de que se cortara el suceso, más doloroso. Jeongin se jalaba de los cabellos con frustración, no sabía qué hacer para consolar el frágil corazón de su cachorro.

— Sé que es imprudente de mi parte, pero me gustaría preguntarte algo... — Félix jugueteó con sus dedos.

— No, está bien. Puedes preguntarme.

— ¿El padre de Yeonjun vendrá alguna vez a verlo? Es para estar preparado.

Jeongin suspiró, acariciando el fino cabello de su bebé, que yacía dormido en su pecho mientras él estaba recostado en el sofá. Besó la pequeña porción de piel de su mejilla que estaba libre, ya que Yeonjun tenía su carita enterrada en su cuello.

I still want you ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora