Más Accidentes (Muy Malos, Disculpa Eterna)

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-¿Manzanilla antes de dormir? ¿Qué tienes, tres años?-.

Theo mira a Liam que entra en la habitación con su taza caliente e inmediatamente una sonrisa de satisfacción curva sus labios: su camión está destrozado, pero Liam acaba de darle el pretexto para burlarse de él durante el resto de la noche y esto, de alguna manera, lo hace mejor.

-No es para mí- Liam lo mira sorprendido, acercándose. -Es para ti, idiota-.

-¿Disculpa?- Theo mira incrédulo la taza que Liam acaba de colocar en el escritorio frente a él y luego la aparta de un empujón. -¿Qué te has fumado, Liam? No necesito manzanilla antes de acostarme-.

-Sí que la necesitas-, insiste Liam. -Y sobre todo necesito que te la bebas: No pienso pasar otra noche en despierto porque no paras de moverte-.

-Olvídalo-.

-Bébetelo, ¿cuál es el problema? Está bueno, le he puesto azúcar-.

-Le pones...- Theo mira fijamente el líquido amarillo en la taza, antes de sacudir la cabeza. -Esto es ridículo. Bébetelo tú-.

Liam le mira impaciente durante un rato más, y luego coge la taza decidido. Theo echa la silla hacia atrás y se lleva una mano a la boca, dispuesto a defenderse, pero Liam se limita a llevarse la taza a los labios y bebe un largo sorbo.

-Ya está-, dice con los labios aún húmedos, entregándole la taza. -Ahora tú-.

Theo mira de él a la taza, sorprendido. Es ridículo y una taza de manzanilla no evitará que su hermana lo visite en sueños como todas las noches, pero no es que la manzanilla sea algo terrible de beber. Renuente, la toma de la mano de Liam, casi rozando sus dedos al hacerlo.

-¿Dejarás de molestarme con lo de los calcetines si me bebo esto?-.

-No hay ningún asunto de calcetines, están mis calcetines y está el hecho de que tú me los robaste- especifica inmediatamente resentido Liam. -Pero sí, si te bebes la manzanilla y me dejas dormir esta noche, dejaré de preguntarte. De todos modos ya le dije a mi mamá que te compre unos nuevos-.

-No quiero calcetines nuevos-.

Theo lo dice sin siquiera pensarlo, pero en realidad es verdad.

-Bueno, deberías, ya que no tienes ninguno-.

-Me gustan los tuyos-. Liam le mira sorprendido y Theo se encoge de hombros. -Son calentitos-.

-Le diré que te compre calcetines de lana-.

-No-.

-¿No?-

-No.- Theo deja la taza sobre el escritorio y se cruza de brazos, obstinado. -Cómprate calcetines nuevos si los quieres-.

Liam se queda mirando la taza y luego a Theo, antes de suspirar molesto. -Bien, sigue usando mis calcetines. Pero ahora bebe-.

Liam no aparta los ojos de él y Theo esconde una sonrisa dentro de la taza.

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Liam tarda más de lo normal en devolver la taza vacía a la cocina y cuando vuelve Theo ve por qué.

-¿Qué demonios es eso?-

Liam no sólo no contesta, sino que acerca cada vez más la cosa que guarda en sus brazos, hasta que intenta dársela.

-Detente, ¿qué demonios estás haciendo?-. Theo se pone en pie, retrocediendo. -Aléjalo de mí-.

-Es un gato, Theo. Un gatito. Blanco-. La bola de pelusa en los brazos de Liam maúlla satisfecha como para confirmarlo.

La Caperucita Roja Y El Lobo Feroz - Thiam [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora