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Una semana después, ya estaban comenzando a acostumbrarse a la rutina.

Suguru a despertar primero que todos, asearse, despertar a los niños, preparar el desayuno y sus almuerzos, llevarlos a la escuela, incluyendo a su amiga, la cual ya había conocido, no sabía como describirla, pero era algo adorable y a la vez rara. Llegar a levantar a su novio, prepararse para la chamba, llegar, chambear, que Satoru lo deje en casa, mientras va por los niños, preparar la comida, ir a ver televisión y a mimir.

Mientras el otro huevón, ser despertado a almohadazos por su "cuchurrumin" asearse y arreglarse para la chamba, ir a la chamba, chambear, ir por los chamacos, pasar por un helado o cualquier pendejada porque le mama lo dulce (igual que a Yuji) criticar a Megumi y a la vez que a veces vea similitudes en el niño con su pareja y también notar su obvio flechazo a su amigo. Llegar a la casa, tragar, lavar los platos, hacer aseo (solo cuando la ama de llaves no estaba disponible) y luego molestar a su pareja o a los chamacos.

Y allí estaban otra vez en la rutina. Pero esta vez era sábado.

Gracias a quién sea porque no fue despertado a almohadazos por su pareja, de hecho despertó temprano para su mala suerte.

—Maldito horario de mierda, ya me acostumbré - maldijo mientras veía a Suguru dormir. Solo se escuchaba su respiración tranquila, porque a diferencia de el, no roncaba, ni siquiera se removía mucho, era tan tranquilo, tan lindo.

Le dió un beso en la frente y se fue a asearse.

Después de bañarse, y arreglarse porque primero muerto que sencillo, se fue a tomar un licuado de fresas, simplemente saco del congelador lo que Suguru congelaba y lo metió a la licuadora.

Totalmente un huevón. Preparo un hotcake y se fue a ver su celular mientras desayunaba.

Hasta que vió a Yuji en la entrada de la cocina.

—Buenos días estrellita ¿Quieres algo de desayunar? - el joven le caía bien, al contrario de Megumi no era grosero y lo respetaba.

Pero no recibió respuesta del chico.

—¿Yuji? - Observó al menor el cual, tenía la mirada perdida en quién sabe que, decidió que mejor lo ignoraria, hasta que el joven se acercó a el tomó su licuado y se fue como si nada.

Todo había pasado tan rápido que ni siquiera había podido reaccionar.

«Se llevo mi licuado... SE LLEVÓ MI LICUADO»

Corrió hasta el chico que apenas estaba subiendo las escaleras y se lo arrebató.

—¿Por qué te lo llevaste? Te pregunte si querías desayunar y ni siquiera me respondiste, ¿Estás bien? - otra vez no recibió respuesta del menor, así que algo desesperado lo zarandeo un poco.

Y escuchó un pequeño gritito por parte del pelirosa.

—¿Gojo? ¿Qué hago aquí? ¿Qué pasa?

—Como que que haces aquí, ni siquiera yo lo sé, apareciste de la nada a robar mi licuado, pequeño loco.

—¿Qué? Pero si yo estaba... Ah, rayos, pensé que ya no me pasaban estás cosas....

—¿De qué hablas?

—Soy sonámbulo, aunque no me pasaba desde que tenía como doce...

—A chinga ¿Eso existe? ¿Tú eres como rarito verdad? - Yuji solo se rió

—Creo que no, pero lo siento, antes robaba comida del refri mientras seguía dormido, ni yo sé porque, le dijeron a mi hermano que se me quitaría en la adolescencia, no creo que vuelva a pasar, pero de verdad lo siento.

AU JJK | Papis por chambaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora