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En la hora del recreo, Satoru quería pedir comida para tres, pidió unos chilaquiles para el y para Shoko, no sabía que le gustaba a Suguru así que lo abrazo por el hombro y preguntó:

—Oye, Suguru ¿Qué quieres almorzar? - el pelinegro se exaltó un poco por el repentino contacto físico, pero no le incomodaba, todo lo contrario.

—Pues como de todo menos marisco... ¿Por qué preguntas? Además, no me llames por mi nombre- cuestionó curioso por la actitud de su amigo

—Nada en especial, no le veo lo malo ¿Por algo tienes un nombre ¿No? - le sonrió y se alejó de el para pedirle a su chef una orden extra de chilaquiles, quería sorprender al pelinegro.

Pero tenía que evitar que este comprara, lo buscó con la mirada y al no encontrarlo le preguntó a Shoko, ella le dijo que ya se había ido, así que corrió, gritándole que fuera por la comida.

Corrió lo más rápido que pudo, vio a Suguru el cuál estaba formado para comprar tacos.

Se lanzó a el bruscamente, el estúpido no cálculo bien haciendo que ambos cayeran al suelo, causando risas en los que estaban en la fila y algunos cuchicheos de chicos que decían que esos dos se odiaban.

—¡Oye! ¿Ahora qué? - preguntó Suguru mientras Satoru le ofrecía su mano para que se levantara.

—Perdón por tirarte... Pero no puedes comer aquí, te tengo una sorpresa ¿Confías en mi? - guiñó el ojo y tomó la mano de Suguru, pero este le dió un golpe en la frente con sus dedos.

—No confío en tí, ¿Acaso crees que lo haré de la noche a la mañana? - cuestionó mientras el peliblanco lo jalaba a las escaleras.

—No, pero confía Suguru- dijo acercándose a el —Prometo no hacerte dudar de tu decisión. - susurro en su oído, haciendo que el pelinegro tuviera un pequeño escalofrío.

—Como sea, aléjate de mi - alejó su cabeza sin lastimarlo.

Al llegar a la cafetería Shoko los saludó con la mano, así que se fueron a la mesa y Satoru le entrego a Suguru el plato de comida.

—¿Por qué? No tenías que hacerlo, sabes que yo tengo mi dine-
Satoru puso un chocolate (de los que siempre tenía en sus bolsillos) en su boca, haciendo que se atragante un poco por el repentino movimiento.

—Suguru, solo acéptalo ¿Okey? - susurró nuevamente en su oido - Luego me agradeces como se debe.

Suguru se exaltó un poco por esas palabras, sabía perfectamente que Satoru lo había dicho en doble sentido, así que le dió un pellizco en la mejilla.

—Está bien, gracias entonces

Después de que los tres comieran, Shoko les encargó su teléfono y fue al baño "para arreglarse" aunque los chicos no sabían para qué, si ella ya se veía bien, pero bueno, eran hombres así que no entendían (mejor dicho eran pendejos).

Entonces Satoru susurro nuevamente en el oído de Suguru.

—Eres muy malo... Hagámoslo - y con eso llevaron a cabo su "maldad" desbloquearon el celular de Shoko, (porque los tres habían compartido sus contraseñas) y empezaron a postear pura pendejada.

 Hagámoslo - y con eso llevaron a cabo su "maldad" desbloquearon el celular de Shoko, (porque los tres habían compartido sus contraseñas) y empezaron a postear pura pendejada

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AU JJK | Papis por chambaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora