Mí Felicidad (Libro 2)

Cap. 28

☽Elyan☾

Ella no pudo haberse ido

No

Han pasado dos días que fuí a ver a Víctoria y no he recibido noticias

Así que los nervios me han traído hasta aquí: En casa de Alexandra

Las manos me sudan pero no dejo que mi cobardía me gane.

Llamo a la puerta y la madre de Alexandra sale a recibirme

-Buenos dias señora Alejandra - digo intentando que mi voz no falle

-Buenos días Elyan- dice tranquilamente y eso me pone más nervioso

-¿Cómo se encuentra?- pregunto intentando sonar casual

-Bien, pero supongo que no has venido a verme a mi ¿O me equivoco?-

Hay, ya vali

-No quiero ser descortés- me muevo inquieto - pero quería ver a Alexandra -

-mi hija me contó lo sucedido - eso confirma mi muerte - Elyan, no hay nada más importante para mí que mis hijos.

- eres joven y cometes errores, esto en el futuro solo será un mal momento y todo quedará en el olvido pero dejara una marca.

-mi hija no está, ella se fue a estudiar fuera del país y prefirió dejar los malos recuerdos atrás, así que si quieres hablar con ella yo no seré quien te ayude-

Sus palabras me golpean, respeto demasiado a la señora Alejandra para contradecirle o pedirle algo así que de manera torpe le agradezco y le pido disculpas por lo qué le ocasiones a Alexandra.

Camino en automático, a paso lento llegó a mi hogar con las palabras rondando mi cabeza.

Ella se fue

Se ha ido

Me sorprendo al no romperme pero mi fortaleza se derrumba al recibir la llamada de Victoria.

<<<Ella no quiere hablar contigo; lo único que dijo es eso pero deja y te agrego mi parte.

No la molestes que ella ahora es feliz.>>>

No necesite más para caer

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Sabes bien que yo, yo te salvé de mil tormentas

Pueden ser más, perdí la cuenta

Pues mi pronóstico fue estar contigo, estar contigo

Y tú,
si ya no hay sismo que te mueva
Intenta verme y ponte prueba

Pues tu pronóstico es estar conmigo, estar conmigo

No se puede apagar amor con fuego

Te quieres desatar de mí, pero hiciste un nudo ciego

Te voy a rogar y yo nunca ruego

Acepto ser el perdedor porque sé que no es un juego

La música se reproduce llenando la habitación.

Soy un imbécil.

Ella cantó tantas veces está canción, me miraba de forma tan intensa y no pude leer entre lineas.

Ella me salvaba de mis tormentas.

Me devolvió el miedo, me hizo sentir, amar.

No sé puede apagar amor con fuego, lo que ella sentía por mi era verdadero, un amor que rompe porque se ama más a la otra persona que a uno mismo

Voy a revivir los sueños
Esos que creamos juntos de la mano, esos momentos solo nuestros que dijimos cumplir, estar siempre para el otro y que no hice realidad.

Tome algo que nos pertenecía y lo utilice con alguien más.

No lo supe cuidar ni valorar

Guardo su carta en mis cajones en dónde también se encuentra el anillo que le di para su cumpleaños.

Los sueños se vuelven pesadillas y las pesadillas en realidad porque soy conciente que no puedo hacer nada para cambiar las cosas.

Ella está lejos, no tengo la economía para ir a buscarla, tampoco tengo el equilibrio para hacer algo así.

Desesperado por hablar con ella tome el teléfono de Alan para llamarla.

Pero al escuchar su voz no pude hablar, se oía... Feliz

Y no quería traer un mal recuerdo a su presente.

Me duele

Me duele ser ese triste momento en su vida cuando rogaba por ser quien le diera más felicidad.

Quería una oportunidad, quería fuerza y valor para estar con ella.

Me torturó pensando en que en algún momento ella se enamorara de alguien más, que me olvidará o seguramente ya me olvidó y que formará un futuro con otro.

El pecho me duele porque tuve la oportunidad y no supe utilizarla.

No sabré el sabor de sus labios, su textura. No podré provocar más sonrisas, ver sus ojos brillar de felicidad, abrazarla y tocarla.

No podré apoyarla, escucharla.

Quedaron tantas cosas que no hicimos juntos, tantos momentos que no podremos vivir.

¿Cómo vivo con eso? Sabiendo que pudo pasar, pero no fue.

Duele el "qué hubiera pasado si..."

¿Qué hubiera pasado si ese día de San Valentín en vez de bailar con Cristina hubiera seguido buscando a Alexandra y bailar con ella?

¿Qué hubiera pasado si, la carta que me entrego, la hubiera leído?

¿Qué hubiera pasado si todas esas veces que me contuve la hubiera besado sin arrepentimiento?

¿Qué hubiera pasado si para ese día de mi cumpleaños le hubiera pedido a ella ser mi novia?

¿Qué hubiera pasado si ese día lluvioso le hubiera dicho que la amaba envés de huir como un cobarde?

Tantas oportunidades, tantos escenarios, tantas posibilidades.

Pasamos 12 años, 4,380 días, 105,120 horas juntos y no puede encontrar el momento para decirle que la amo.

Ahora no está y ya no tendré la oportunidad de decírselo.