Cap. 30

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Dos años después

☽Elyan☾

-¿Cómo estás Elyan?- pregunta mi psicóloga al verme

-Bien, creo que hoy me a ido muy bien- digo tamando asiento

Hoy es mi última consulta

-¿Cómo va la universidad?-

-increible, aunque el horario me está dejando agotado debo admitir que me gustas los últimos proyectos que nos han dejado- sonrió

-Eso me alegra ¿Cómo van los asuntos del corazón?- sube y baja sus cejas

Niego divertido -Susana me invitó a salir, ella me cae bien pero no hay nada más. Es una buena amiga- me encojo de hombros

En la universidad conocí a muchas personas, unas con las que me llevo bien y otras no tanto, Susana es una compañera bastante agradable pero por el momento no me interesa involucrarme con nadie

-nunca se sabe- dice -puede que el amor te golpee cuando menos te lo esperes-

-el amor ya me golpeó- digo con una sonrisa nostálgica

-¿Aún la esperas?- pregunta de forma suave

Niego

-¿Cómo podría esperarla cuando ella tiene el derecho de seguir con su vida?-

Suspiro

- tuve mi oportunidad y la dejé ir; se que no debo de guardar esperanzas y tampoco quedar atascado en el pasado. Puede que en un futuro las cosas cambien, que sienta algo por alguien más en otro momento. No la espero porque también soy consciente que no es sano aferrarse a lo que pudo ser

-pero la amo, el amor que nació cuando éramos pequeños sigue creciendo. Me llena de orgullo poder saber de ella por las noticias y internet, ahora ella va tras su sueño y lo está logrando. Quiero que sea feliz-

-Tu también mereces ser feliz - me dice

-lo se- está vez si lo se - pero soy paciente, la persona indicada llegará, y si esa persona es Alexandra en algún momento nos volveremos a ver- y yo sé que ella es la persona indicada

Asiente

-¿Cómo esta tu mamá?- cambia de tema

-Mejor estos días, a estado batallando con que Pedro haga sus tareas y que Alan deje de meterse en problemas de faldas- río por los dolores de cabeza que estos le provocan a mamá

-Alan- finge un suspiro llevando una de sus manos a su pecho -dile que venga a verme- bromea

Río entre dientes, mi psicóloga es una mujer entrando a los treinta, Castalla y divertida a quien le he tomado cariño, como una segunda madre

-Se lo diré, talvez eso necesita en su vida para sentar cabeza-

-¿Y tú padre?-

-Hace una semana llegó a casa- digo tranquilo -casi no hablamos pero se encuentra bien, parece que lo van a ascender de puesto-

Aunque papá y yo no tengamos la relación que tanto deseaba, podemos estar en un mismo lugar sin tener que gritarnos.

-¿Cómo te sientes? Elyan-

-me siento en paz conmigo mismo, se que he cometido muchos errores, que dije e hice cosas que no podré cambiar pero también se que debo aceptar mis actos y que haberme equivocado no me convierte en un monstruo.

-Estoy feliz por mis estudios, en mi trabajo me está llendo bien y aprendo mucho gracias a mis encargados.

- mamá se a convertido en mi confidente, me escucha y ahora se que puedo decir lo que siento sin miedo alguno. Alan y Pedro siguen siendo los mismos dolores de cabeza de siempre pero estoy más que feliz de que formen parte de mí

-Mi mejor amigo me llama o escribe cada tanto y nos reunimos para hablar al igual que otros amigos

-No me siento juzgado

-aunque he conocido a algunas chicas no me he interesado en ninguna en particular, mi corazón simplemente amara a Alexandra y se que con el tiempo cada pieza quedará en su lugar-.

Ella me ve con orgullo y asiente

-El tiempo pasa rápido- ve su reloj - hoy es el último día que te recibo como pasiente y aunque te extrañaré estoy feliz en que no tengas que volver aquí - sus ojos se achican por su sonrisa - Eres fuerte Elyan, y se que serás muy feliz -

-soy feliz- le corrijo -y en parte es gracias a usted, me a ayudado mucho este último año, no se que habría Sido de mi sin tí -

-solo hago mi trabajo -

Se levanta de su silla y imitó su acción, se acerca a mi y de forma maternal me abraza brevemente

-veo en ti un gran futuro. Nunca olvides que mereces todo el éxito del mundo y cuando necesites ayuda puedes venir y buscarme; mi clínica siempre estará abierta-

-Te lo agradezco, has sido como una madre para mí y no fue solo tu trabajo el que me ayuda, fue la fé que tuviste en mi una parte que me alentó a continuar -

✄✄✄✄✄✄✄✄

Llegó a casa y dejo las llaves de mi moto en la mesa de la sala.

Voy en busca de mi mamá y la encuentro ocupada junto a mi hermano así que después de un leve saludo voy a mi habitación.

Reviso el contenido de mi bolsón verificando que tenga tomo mi material guardado porque mañana tengo clases en la mañana.

Mi vista va a mi escritorio en dónde está la foto de Alexandra y yo de hace unos años atrás. La tomo en mis manos y trazo nuestra silueta.

La extraño mucho, extraño a mi amiga, a esa chica leal que siempre me escuchaba, esa loca que siempre tenía algo que agregar en las películas, esa chica que se convirtió en mi fantasía y que su recuerdo me quita horas de tiempo, extraño a esa chica que tanto me gusta.

Extraño ese lado dulce y honesto, esa suave risa, esa voz cantarían que repite una y otra vez la canciones de su banda favorita.

Me aprendí de memoria las canciones de Morat, así es como la siento cerca de mi.

Me encargo de saber sobre ella, veo en internet como ha empezado a tener renombre en el mundo de la moda.

Que es conciderada una genio y su belleza deja impacto.

Ya no me esfuerzo por ocultar mis sentimientos, ya no más fingir.

Aprendí a ser yo mismo y ser mi opinión la que importe más que la de cualquier otro.



Nota de la autora:

Holaaaaaa

¿Sorprendidos? Puede ser que no esperarán que pasara tanto tiempo en el curso de la historia, pero era necesario.
Elyan debía de cambiar, tratar sus problemas, mejorar como persona y para eso se requiere de tiempo, un buen cambio requiere de un proceso; y no quería que fuese algo así mágico, que por poder de la escritura un día para otro Elyan cambiará.

Ahora solo falta el prólogo y creo que también se van a sorprender.

Sin más que decir, me despido.
Besos K.

Mí Felicidad (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora