A las seis en punto de la mañana, la agente del Servicio Secreto de los Estados Unidos, Marceline Mitchell Abadeer, subió a un pequeño jet con destino a Nueva York. Llevaba la placa de identificación sujeta al bolsillo del pecho de su traje de gabardina color carbón y portaba un bolso de viaje con una muda y su ordenador. El resto de sus pertenencias viajarían en un vuelo distinto y un miembro de su equipo se las llevaría a su nuevo apartamento del hotel Gramercy Park ese mismo día. Tras dormir cuatro horas profundamente, sin la perturbación de los sueños, se sentía fresca y lista para trabajar.
Que no le gustara su misión era una cosa discutible que ya no le atañía. Tenía un trabajo que hacer y eso era lo único que importaba.
El avión no iba lleno. Un sábado por la mañana sólo viajaban unos cuantos funcionarios del gobierno. Ocupó un asiento junto al pasillo, frente a un hombre robusto y rubio, con una placa que decía «FBI» en letras llamativas. Se fijó en que el hombre estudiaba su propia placa cuando se sentó. Las mujeres agentes no eran raras, pero aún llamaban la atención. Estaba acostumbrada.
—¿División de investigación? — preguntó el hombre cuando el avión rodó por la pista, refiriéndose a una de las dos ramas del Servicio Secreto.
Estuvo a punto de decir que sí, pero se contuvo rápidamente. Durante doce años había sido cierto, pero ya no.
—Protección —contestó, con un movimiento de cabeza.
—¿Alguien importante? —se interesó el hombre.
—¿No lo son todos?
El hombre no supo si estaba de broma, así que soltó una risa. «Y dicen que los agentes del FBI no tienen sentido del humor. ¡Jesús!»
Abrió el ordenador portátil, ladeando sutilmente la pantalla para que el hombre no la viese. El se dio cuenta y desplegó un periódico cuando ella introdujo su contraseña.
Pinchó en el vínculo de la división de personal del Servicio Secreto de los
Estados Unidos y obtuvo las biografías de su nuevo equipo. Nada fuera de lo corriente. Cuatro hombres y dos mujeres aparte de ella, la mayoría con más de cinco años de experiencia sobre el terreno. Todos de formación universitaria, como casi todos los agentes, excepto los pocos que ingresaban a través de los canales militares o de alguna otra vía no habitual. Todos poseían adiestramiento médico de emergencia, como ella, y eran tiradores expertos. Dos de los hombres y una mujer estaban casados; había un agente hispano y otra afro americana. Le puso nombre a cada cara y salió de la página.Tras introducir otra contraseña protegida, abrió el archivo cifrado que había descargado la noche anterior.
Informe de campo, viernes 26 de diciembre de 2000, 21:30 Presentado por el agente del Servicio Secreto de Estados Unidos Daniel Ryan.
Sujeto: Bonnibel Devonne Bubblegum.
Fecha de nacimiento: 31 de Diciembre de
1975.Domicilio: 310 Gramercy Park, PH
Nueva York, 10021.Teléfono: (212) 295 - 0566.
Estado civil: Soltera.
Ocupación: Artista.
Dirección profesional: No consta.
Nombre en código: Egret.
Estatura: 1,70 cms.
Peso: 54 kilos.
Pelo: Rosado oscuro.
Ojos: Azules.
Marcas distintivas: Cicatriz de 2 cms en la ceja derecha, tatuaje de 3 cms en la parte posterior del hombro derecho.
Educación: Dana Hill School, Wellesley, Massachusetts Escuela preparatoria
Choate Rosemary, Wallingford,
Connecticut Instituto de Bellas Artes de
París.
ESTÁS LEYENDO
ℍ𝕠𝕟𝕠𝕣 「𝔸𝕕𝕒𝕡𝕥𝕒𝕔𝕚𝕠𝕟 𝔹𝕦𝕓𝕓𝕝𝕚𝕟𝕖♡」
Fanfiction~Historia adaptada Honor (Camren) de CAMREN_XX1. ~Historia original de Radclyffe. Todos los créditos y derechos le pertenecen a su dueño.